-Jueves 24 de octubre de 2015- (Oczmeet)
Antes de apoyar las dos palmas en la pared, luego del empujón que me diste al haberte hecho reír, miré el reloj de cuero atado a mi muñeca izquierda. Eran las 11:42 pm. «Carajo... Esa fiesta terminó algo tarde». Sonreí mientras tú seguías riendo a carcajadas, y no sé si fue por las copas o por no dejarte de ver la boca, que sentí como una reconfortante sensación me...
—¿Y ese sujeto... pensó que tu amigo era tu padre, y tú su hijo? ¡Oh, Dios mío! Como hubiese querido estar ahí. —Te cubrí la boca con la palma. Tu risa era lo único que se escuchaba en el edificio.
—Shh, calla... ¿Quieres que el viejo Gefry nos mate? —Reí en voz baja al notar como te hacías la rebelde.
—Al viejo Gefry no lo despierta ni un terremoto —susurraste al apartar mi mano e ir acercándote a mí.
«Mierda, si tú no fueses tan tú... y yo no fuese tan yo, queriendo que nunca dejaras de ser tú, podría hacer lo que debería, en vez de lo que tú siempre quieres»
Así que te besé...
Te tomé de la cintura, y entre mis brazos diste un pequeño salto al saber que solo faltaban dos escalones para llegar a la puerta de tu apartamento. No paraste de reír ni por un segundo.
—Estás loco tú —dijiste al abrazar mi cuello.
Me negué sin alejarme de tu boca.
—No. Estas loca tú.
—¡No! Tú, tú, tú... —Seguiste insistiendo hasta que te empecé a dar besos en todo el rostro y te apartaste con humor—. ¡No...! No me trates como niña. —Buscaste mis ojos—. Te odio.
«Mentirosa. Tú amas cuando te como a besos»
—Bien. —Volví a dejarte en el suelo.
Te me quedaste viendo durante dos o tres segundos, entretanto tus dedos buscaban la llave, y al encontrarla la levantaste para que la luz del corredor la iluminara. «Dios... estoy con una loca, pero aunque lo esté no quisiera estar con otra».
—Bueno, me vas dando un beso que me voy.
—¿Disculpa? —Volteaste luego de haber metido la llave dentro del picaporte—. ¿Te he dado permiso? —Y la giraste.
—Sofía, no empieces con tus juegos.
Abriste la puerta y el interior a oscuras nos dio la bienvenida.
—Ah, porque ahora resulta que estoy jugando. —Te llevaste la palma al pecho haciéndote la ofendida.
—¿Así me quieres comprar? —Me crucé de brazos y entrecerré la mirada. A ti te fascina verme actuar de manera tan asertiva, y en efecto, yo sé lo que te pasa—. ¿Haciéndome un numerito?
Eso te molestó.
—Está bien, Mario, vete. —Entraste y encendiste el interruptor de una lámpara—.Vete y déjame sola en el apartamento.
—¡Aww! Tan bella mi novia cuando quiere manipularme.
«Y como lo disfruto»
Me acerqué para apretarte las mejillas, pero retrocediste. Era en serio que querías que me quedara, pero era en serio que debía irme si no quería trasnocharme. Tengo una entrevista programada para las 07:00 am, y ya sabemos cuáles son las consecuencias de que tu cuerpo y el mío se encuentren solos en un mismo lugar.
—¿Me devuelves la chaqueta antes de irme?
Di unos cuantos pasos al interior.
—¡No! —Te abrazaste a ti misma—. Huele a mi novio y no te la voy a devolver. Usted dijo que se iba... Vállese y déjeme sola.
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Mario Belton: Entre tus piernas y el amanecer -Capítulo 1-
RomanceCada capítulo será como una pequeña escena en un momento cronológico vivido entre Mario Belton y Sofía Ruiz. Cada capítulo tendrá su propio estilo; unos poéticos, otros más atrevidos y algunos más eróticos. Si has llegado a este espacio porque me si...