happy end

278 31 29
                                    

─cariño, ¿en serio estás bien? te ves muy cansado. ─murmuró con preocupación aquel chico bajito. las ojeras de su pareja eran notables, y sus ojos no tenían brillo; eran oscuros y vacíos.

─sí, lo estoy. no te preocupes. ─trató de sonreír, más sin embargo no lo logró. el menor no se convenció para nada; la felicidad que sentía cuando despertó se esfumó en un instante. hizo una mueca ¿por qué nunca podía hacer feliz a ese azabache? se sintió impotente. más sin embargo asintió con la cabeza, levantándose del sofá y llendo a la cocina; cansado de todo.

javier no se sentía bien, para nada, pero tuvo que decir lo contrario; no quería dañar más a ese lindo castaño. aunque al parecer no lo logró, pues esa mirada de impotencia y desesperación que se vio en esos ojos marrones no indicaban algo bueno.

suspiró sonoramente y sin más se dirigió a la habitación. últimamente en eso se basaba su relación; andrés preocupado por javier, y este último sintiéndose mal por mentirle diciéndole que todo estaba bien, aunque la verdad era otra. pero "lo hacía por andrés". esto último entre comillas, pues lo único que hacía era dañarlo.

se odiaba, y eso no era algo nuevo. recordó como el castaño le dijo una vez que la belleza está en el interior, y puede que sea verdad, pero ese no es el caso del morocho. era una mierda de persona, y por más que el castaño le dijera una y otra vez que era todo lo contrario, javier sabía que no era así.

nada mejoró cuando empezó una relación con andres hace un año y medio, todo fue en picada abajo.

sí, un año puede parecer poco tiempo y, lo es. pero a pesar de eso, lograron hacer daños casi irreparables el uno al otro, sin querer hacerlo realmente.

las inseguridades de javier crecieron hasta tal punto de afectar a la gente a su alrededor, era algo que sabía que ocurriría, pero que le afectó mucho más de lo que creía. sobretodo cuando dañó a ese bello castaño por primera vez.

mientras, andrés no hizo más que destruirse, pues siempre quería hacer feliz al morocho, se sentía sumamente impotente e inútil al ver que sus "ayudas" no hacían efecto, quería que de una vez fueran una pareja feliz, pero al parecer el "destino" tenía otros planes.

ambos sabían que lo que tenían estaba mal, sabían que estaban en un círculo vicioso en el cual lo único que hacen es jugar a ver quien se daña más. muy en el fondo lo saben, pero al parecer les encanta destruirse de la forma más dolorosa; un amor sin futuro.

javier sabía que andrés le amaba, más sin embargo el azabache no podía decir lo mismo. ¿cómo coño iba a amarle si ni siquiera se quería a si mismo? fue un completo error creer que algo podría funcionar entre ambos, y el mayor lo supo desde el inicio. ¿por qué no detuvo todo ahí, entonces? fácil; cayó.

no pudo negarse a esos ojos café llenos de cariño y profundidad, a esos rulitos castaños tan adorables, a esa piel tan suave que le encantaba recorrer con sus manos. no pudo negarse a él.

entró a la habitación y vio la mesa de noche, había una foto de ellos dos juntos; javier solo miraba a la cámara, andres sonreía. ¿cómo está tan relajado cuando recibe daño constante? ¿cómo finge tan bien? el ceño del pelinegro se frunció en cuestión de segundos. "finges estar bien aunque no lo estás, ¿por qué no te vas de una vez?" murmuró con un tono triste y desesperado. "pudiste haber escapado de este daño..." la rabia impregnada en sus palabras se hizo presente.

y es que era cierto; el castaño pudo "haber escapado" de ser destruido. desde un principio supo que el azabache no se encontraba bien mentalmente, y aún así quiso intentar algo. quiso quedarse al lado del azabache, dándole apoyo y creyéndo que podía cambiar su pensamiento. los humanos siempre somos estúpidos.

happy end. ─ sparllino o.s. Where stories live. Discover now