Mi sueño

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Cuando todo se hubo calmado un poco, tras la alegría provocada por el logro de Akko, Andrew quedó unos segundos observándola en silencio, mientras ella charlaba amigablemente con Lotte, riendo.

- ¿Ese no es el gorro de Akko? - Preguntó Diana, sobresaltándolo, señalando el gorro que aún sostenía entre sus manos.
- ¿Qué? - Carraspeó. - Ah sí, se lo dejó en mi coche la última vez.
- Lo sé, ¿Pero no habías quedado ya con ella, para devolvérselo?
- Si, pero volvió a olvidarlo. - Respondió, con una sonrisa.

Diana lo miró fijamente. Y comprendió.

- Deberías de dárselo – Comenzó a caminar hacia Akko y Lotte, decidida, y llamó a esta última. - Lotte, tengo una duda con un conjuro para invocar a espíritus ¿Me ayudas?

- Claro – Exclamó, con alegría, acompañándola.

Andrew y Akko quedaron a solas.

- Felicidades, al fin lo lograste. - Le dijo con una sonrisa, tendiéndole el famoso gorro.
- ¡Gracias! - Respondió, con una risa despreocupada, y se colocó el gorro de nuevo. - No puedo creer que volviese a olvidarlo. - Comentó, refiriéndose al gorro.
- Ni yo, ¿Desde cuándo está ese gorro en mi cuarto? - Rió él, metiendo las manos en el bolsillo de su pantalón, un gesto muy común en él.

Pasaron un rato hablando de trivialidades, hasta que ambos quedaron en silencio.

- Creo que debería irme ya – Comentó Akko, mirándolo de reojo.

Él asintió, distraído, así que ella se limitó a darse la vuelta para irse, algo apenada.
Tenía otro final en mente, aunque se regañó mentalmente así misma por ilusionarse con algo que en realidad, sabía que no pasaría. De pronto, alguien tiró de su muñeca, y haciéndola darse la vuelta, impactó sus labios en los de ella, que abrió mucho los ojos, paralizada. Cuando logró reaccionar se apartó, con la respiración acelerada por el susto, y tal vez... Por algo más.

- Andrew ¿Qué...?

Él se pasó la mano por el pelo, nervioso.

- Yo... lo siento, sabes que no suelo ser impulsivo pero tú... Tú me ensañaste que perseguir tus sueños no es algo malo, y en este momento... - Levantó al fin la cabeza, mirándola a los ojos, de nuevo con su seriedad y confianzas habituales. - Tu eres mi sueño.

Akko enrojeció al instante, con el corazón a mil por hora. Mil pensamientos pasaron por su cabeza, pero no hizo caso a ninguno de ellos, excepto a uno. Akko cogió el rostro de Andrew entre sus manos, y poniéndose de puntillas, pues le superaba en altura, volvió a besarle. Él la estrechó en sus brazos, y Akko notó como sonrió sobre sus labios. Se separaron un instante, aún a pocos centímetros el uno del otro.

- Y tu me enseñaste a actuar con seguridad – Susurró Akko.

Quedaron abrazados saboreando el momento, saboreando otro sueño cumplido.

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