Una mañana soleada comienza dentro de los muros, como cualquier otro día. Un rayo de sol , entró por la ventana de mi habitación haciéndome despertar de mi sueño. Abriendo mis párpados levemente me quejé con un corto sonido, mis ojos se detuvieron en el reloj de mi habitación –¡Levi hancho me va a matar!- dije exaltada al ver la hora marcada, inmediatamente lo más rápido que pude me puse la vestimenta seleccionada, una camiseta blanca con unos pantalones largos de un color marrón pálido, ambas prendas eran estrechas, por lo cual realzaban mi físico, personalmente prefería las ropas anchas, pero según la legión dificultarían los movimientos en las maniobras. Sin entretenerme mucho más a la espalda me coloqué la capa asignada, las alas de la libertad, las cuales llevaba con orgullo, a continuación salí de mi casa a toda prisa para llegar a tiempo aunque realmente ya iba tarde.
*** *** ***
Al llegar al lugar observé a todos haciendo sus labores designadas, Armin estaba alimentando a los caballos junto a otro superior, Eren se encontraba hablando con la superior Hanji sobre los experimentos que próximamente realizarían, Jean, Reiner y Bertrold hacian inventario de todos los equipos de maniobras tridimensionales... Me relajé cuando no vi a Levi por el lugar, entonces del cansancio me apoyé sobre mis rodillas para poder recobrar el aliento –Menos mal que no está Levi hancho...- dije de forma entrecortada alternando entre respirar y hablar, en ese instante todos se colocaron en fila delante de mí, haciendo el saludo oficial; colocando su brazo izquierdo en sus espaldas y con firmeza el puño derecho en la zona del corazón. Con el aliento recobrado, me incorporé tras un profundo suspiro colocando mis manos en mi cadera - ¿Qué pasa?- añadí ladeando la cabeza, en ese momento mi atención la obtuvo Armin, el cual con sus ojos me pedía que mirase detrás, dudosa acaté la petición de Armin y ahí mismo, a mi espalda, de brazos cruzados y con su monótona mirada helada se encontraba observándome el capitán Levi, a mi parecer juzgándome con severidad –Llegas tarde- dijo con su despiadada voz sin tapujos, justo como era Levi hancho. Soltando un profundo suspiro y mirando a otra parte sabiendo que ya no tendría escapatoria, decidí intentar suavizar la situación –No es para tanto Levi, sólo he llegado un poco tarde- añadí con un tono leve de vacileo, mientras colocaba ambas manos en mi nuca sin mirarle a los ojos. Los allí presentes se encontraban anonadados, tenían unas caras de sorpresa al verme hablándole así al capitán o incluso de temor.
Parecía que iba a responderme cuando el capitán Erwin hizo acto de presencia acercándose a todos nosotros, inmediatamente como si se tratase de un movimiento mecánico, realicé el saludo honorífico mostrándole todo el respeto que procesaba por el capitán, clavando mi puño derecho en el pecho con fuerza, saludo el cual también debería de haberle hecho a Levi pero no lo hice. Levi desvió su inexpresiva mirada hacia Erwin el cual dijo –Levi, _____ necesito que me acompañéis- dudosos Levi y yo le seguimos el paso al capitán Erwin hacia su despacho donde el mismo nos explicó –Veréis, tengo una misión importante para ambos, necesito que hagáis una pequeña exploración por algunas zonas entre el muro Rose y el muro María además de encontrar un lugar al que trasladarnos si es necesario- tras lo mencionado tomó asiento en el sillón situado tras su gran escritorio –¿P-Pero qué?- añadí confundida sacudiendo levemente la cabeza algo perpleja -¡¿Por qué?!- pregunté casi exclamando, el rubio ladeó muy ligeramente la cabeza observándome con curiosidad –Cuando te asignamos misiones de exploración nunca te niegas, de hecho te gustan- aclaró el capitán – ¡Me gustan, pero cuando voy sola!- le discutí, sin embargo él contraatacó con otro ingenioso argumento –No voy a mandarte a un territorio dominado por titanes tan lejano tú sola, precisamente porque sé qué tan capaz eres, sé que tú vales lo que 100 soldados promedio, por lo cual me niego que por un tonto accidente perdamos a un recluta tan valioso, por ello Levi irá contigo- tras esto mascullé algunas cosas para mí misma con una expresión de insatisfacción –¿Alguna objeción?- añadió, negué con la cabeza de mala gana - ¿Levi?- así fue como se dirigió Erwin al sub-capitán, el cual llevaba en silencio en toda esa estancia –Sinceramente tengo algunas, pero confío en que creas que esta sea la solución correcta- dijo el pelinegro sin detenimiento, -Preparaos y partid en este instante, esperaremos mañana a vuestro regreso- concluyó dándonos a entender a ambos que ya podríamos retirarnos.
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~Un día con Levi Ackerman [Levi Ackerman y tú]~
Short StoryUn día normal como otro cualquiera te levantas para ir al lugar indicado, sin embargo ya vas tarde, Erwin os pide algo a ti y a Levi, de mala manera aceptas y tras un día movido las cosas se tornan diferentes.