La chica del paraguas rojo

Siempre se ha dicho en diferentes e incontables ocasiones por tantas personas que los libros son mundos de fantasía y misterio, con sus múltiples hojas e historias cada una tan iguales como diferentes;por supuesto todos lo creen al dejarse envolver en la belleza de las palabras dichas.

Pero...¿qué pasaría si en realidad todo este tiempo cada vez que abrías un libro y te adentrabas en la historia imaginando todo lo que leías y cada vez que finalizabas y cerrabas el libro en realidad ellos también te observaran?

La chica del paraguas rojo era la única que lo sabía y a pesar de eso nunca lo alcanzaba a comprender;incluso cuando en el momento en el que abrían su libro y la historia tomaba forma lograba ver otro lugar más allá en la distancia tan cercano como lejano.

Siempre era el mismo ciclo sin fin viviendo cada vez las mismas acciones que la vez anterior;incluso siendo la misma historia cada vezsólo conseguía darse cuenta de ello en el momento que se llegaba a la mitad de su historia, cuando ya era demasiado tarde para intentar decir o hacer algo.

Aunque en todas esas ocasiones el perro con el collar rojo la observaba con detenimiento presintiendo tal vez lo que ella sabía,pero sin poder hacer nada más que lo que tenía permitido hacer;como títeres sin voz ni acción solo repitiendo lo que debían una y otra vez.

Parecía incluso que cada vez que ella descubría la verdad de su propio mundo el lector se apresuraba a leer cada vez más rápido,esquivando sus intentos de cambiar algo obligándola a que sus acciones se adelantarán igual que las de los demás,para poder acabar la historia y volverla a dejar encerrada sin conocimiento alguno.

Incluso aunque intentara cambiar algo era imposible,su destino parecía ser el estar condenada a saber la verdad muy tarde sin poder cambiar nada una y otra vez;pequeños títeres controlados por titiriteros que no eran concientes de su propio poder.

Así que simplemente cerró los ojos mientras oía el susurro de las hojas al pasar,imaginando ese otro mundo que nunca podría alcanzar mientras el perro del collar rojo se acomodaba a su lado,tal vez por el secreto que ambos compartían o tal vez porque ellos si sabían lo que sucedía cuando el silencio llegaba y la oscuridad los cubría,una vez más hasta despertar la siguiente vez sin recuerdo alguno de la verdad.