Cuarta Carta

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Querida desconocida

A mí hermana la que tanto me he encargado de proteger la descubrí en la cama con unos de mis compañeros, todo lo que hice este tiempo no sirvió de nada, nunca me fui de aquí para poder protegerla, por su culpa me quedé en esta maldita vida ¿Para qué? ¿Para nada? No sabes la ira que sentí en ese momento. ¿Y sabes que fue lo peor? Que nadie la obligó lo hizo por "placer", por ese placer la mate yo. Si la mate a ella y al idiota con el que estaba, tenía que pagar por todo lo que me hizo, por su maldita culpa me metí en esa vida ¿Sabes lo difícil que fue para mí cuando tuve que matar una persona por primera vez? ¿O escuchar a la mujeres secuestrada suplicar que no las lleve? Ni siquiera te lo puedes imaginar, todavía cargo con sus fantasma, tantas noches sin dormir para nada para que se saque el placer con el primer imbécil que se encontró, no valoro que tire mí vida a la mierda por ella. No me quedo de otra que matarla era la manera de vengarme, cuando una de las tantas chicas que secuestramos a diario, no quieren trabajar la usamos como comida para los perros los cuales sólo se alimentan de carne humana y eso hice con mí hermana, la encerré en la jaula ella fue su almuerzo de hoy, eran cinco perros y cada uno arranco una parte de su cuerpo, primero le arrebataron la piernas, después los brazos y por último la cabeza. De alguna manera tenía que pagar por lo que me hizo. Al imbécil con el que se encontraba le corté los guevos lo cocine e hice que el mismo se lo comiera, no te imaginas lo eufórico que me sentí en ese momento ni la sastifacion que me dio verlos morir, al final murió desangrado. Tal vez pensaras que soy como un ser diabólico, despiadado y malvado pero eso no es así, soy un ser humano que sufrió terriblemene y sigo sufriendo.

Att. Un desconocido

  

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