Ｔｈｅ Ｃｕｒｅ [тємρσяα∂α ɪɪ]

31

La luz artificial choca en su rostro pálido, hace una mueca en ademán de que despertar.

—Entiendo, gracias por decirme —cierra la puerta.

Mira detrás de su hombro, dándose cuenta que la mujer está despertando. Se gira rápidamente, llendo hacia ella.

—Tranquila, soy Itachi —se presenta.

La fémina lo mira por unos segundos.

—¿Te sientes bien?.

—Si, ¿Como están ellos?, Sasuke es- —trata de levantarse.

Más su cuerpo cansado se lo impide, volviendo a recostarse en la camilla con ayuda del hombre.

—Tranquila, todo parece ir bien —coloca su mano en la cabeza de la chica. —Sasuke no logro huir gracias a la rápida intervención de la Dr. Haruno —comenta con calma.

—Quiero verlos, hablar con ellos —demanda, subiendo la mirada al de ojos negros. —Disculparme formalmente con Sasuke —suplica en un hilo de voz.

Parece comprender lo que trata decirle, está de acuerdo con la idea, claro que lo está. Lo único que le preocupa es que tenga nuevamente un ataque como hace unas horas atrás.

—Prometo llevarte con él —sigue moviendo sus mano en la cabellera roja. —Estare contigo, pero ahora quiero que descanses. Estuviste horas inconsciente —comenta preocupado.

—Por supuesto, descansare todo lo que quieras después de- —la cortó.

—No, debes descansar ahora. Será una larga plática con él, así mejor salgamos de aquí por hoy —insiste serio.

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【T】【h】【e】 【C】【u】【r】【e】

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Los aperlados iris observaban con nostalgia aquel árbol viejo plantado frente su habitación.

Sin poder evitar, salir sus lágrimas, apretó con fuerza su boca, tratando así, ahogar los sonidos lastimeros de su corazón.

—Hinata-sama —la llamo un hombre de larga cabellera marrón.

—Neji nii-san —dice ella limpiando sus lágrimas con desesperación.

El Hyuga entra a la habitación sin permiso, la princesa Hinata esta asombrada por la intromisión de su primo y la expresión de su rostro, que es realmente un poema.

Él rodea con sus brazos su cuerpo, obligándola a llorar enzima de su hombro.

—Es mejor liberar su dolor acompañado, no se contenga —murmura para que ella nada más lo oiga.

Ella le hace caso, llorando en él hombro del hombre, que la consuela en silenció.

Detrás de la puerta de papel esta Hanabi escuchando los fuertes sollozos de su hermana mayor. Se deja caer en el piso de madera sintiendo lastima por ella.

—N-no pu-edo soportarlo Neji —confiesa entrando en la fase de hipidos.

—El tiempo nos ayudara a cerrar la herida, Hinata-sama —aconseja, tratando de creerse esas palabras.

—Eso es lo que todos dicen — susurra la pelimarron escondida. —Nee-san, ¿por qué no, notas el amor frente a ti? —piensa.