Capítulo 3

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Narra Sísifo

"Son enemigos, no hay duda"

Podía sentir sus cosmo, eran débiles, pero rebosantes de maldad. Debían de ser al menos tres.

- Espectros... - murmure para mis adentros.

Como si una clase de conjuro hubiera sido, tres figuras, que apenas podía divisar en medio de la noche, se plantaron frente a nosotros.

Vi sus armaduras. Eran oscuras como el cielo nocturno, pero con un brillo que resplandecia llenaba de terror el corazon de las personas.

"Surplices"

- Ustedes son santos de Athena, ¿cierto? - hablo uno de ellos.

- ¿A que han venido aqui? - pregunte ignorando su comentario anterior, aunque temia por la repsuesta que pudieran darme.

No comprendia. Cualquiera podria notar a distancia la presencia de Saya y mia, nuestro cosmo es lo suficientemente poderoso como para que pase desapercibido, ¿que pretendian lograr llegando a nosotros de esa forma?

Mil preguntas empezaron a cruzar por mi mente, no encontraba las respuetas y cuando menos me di cuenta la desesperacion se apodero de mi.

- Sisifo - Saya toco mi hombro casi como si hubiera leido mis pensamientos. - Son solo unos soldados no hay razon para preocuparnos.

Sentia su mirada en mi. Una mirada fria y carente de expresion, incluso con esa mascara cubriendole el rostro.

- Aun asi no pierdas la concentracion - finalizo para luego dirigirse hacia los expectros, su postura mostraba autosuficiencia y seguridad. Tan impecable.

- Te ves muy confiada mujer - volvio a hablar el mismo espectro.

- ¿Confianza? - dijo ella con tono sereno. - Eso es algo trivial para mi, son la clase de cosas que hacen que pierdas de vista lo que es la verdadera fuerza.

Desmonto la pandora box de su esplada, creando un ruido seco por el impacto del metal contra el suelo.

- Solo necesito esa fuerza para vencerlos.

Rapidamente, y con el resplandor que tendrian las estrellas porto su cloth de oro.

- ¿Estas segura de esto? - le pregunte antes de que hiciera algo.

- Sera facil - respondio secamente.

No sentia emocion alguna en su voz, pero trate de alejar ese pensameinto de mi mente. Ella tenia razon debia concentrame. Porte rapidamente mi armadura de Sagitario.

Desvie la mirada y respire hondo. Pero un moviemiento y un ruido en medio de los arbustos hizo desviar mi atencion, busque con la mirada que podria ser.

- Santos de oro. Estamos de suerte. La señorita pandora se pondra muy contenta cuando se entere que nos encargamos de...

No termino de hablar. O mas bien Saya no se lo permitio...

- ¡Excalibur!

Una sola palabra y un solo ataque, tan mortal como el filo de la espada que alberga en su corazon: excalibur.

Acabo de un solo golpe a uno de ellos, con el minimo esfuerzo. Dispuesta a continuar con la pelea, corrio hacia los otros dos.

- Ustedes, santos. ¿Acaso no tienen el deber de proteger a las personas? - dijo uno de los espectros sonriendo de forma arrogante.

- ¡Saya! - grite y logre que se detenga a medio camino. podia darme cuenta de las intenciones de nuestros enemigos.

Pude ver como el otro espectro sacaba a la fuerza a alguien que estaba entre los arbustos en los que habia visto algo moviendose. Era un niño pequeño, seguramente estaba cerca y al ver la pelea que estaba por empezar, se escondio asustado.

Lo sujeto del cuello y levantandolo del piso, el pequeño solo podia llorar e intentar pedir socorro en medio de gritos ahogados que no llegaban a salir de su boca.

- ¿Que haran ahora? Pueden rendirse y lo dejaremos libre, pero si no bastara un solo movimiento para acabarlo. Habran matado a un inocente.

Saint Seiya: Corazon afiladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora