Prólogo
Hola, Evan.
Quisiera empezar esto con las palabras correctas, pero si soy realista, no hay palabras correctas para hacerlo.
Me gustaría creer que esto que diré no va a doler de ningún modo pero estaría engañándome y te estaría engañando a ti.
Una vez escuché que lo que más duele en la vida es esperar. Esperar un saludo, una acción, una expresión de cariño. Esperar que alguien te demuestre que te quiere en tu vida duele, esperar por lo prometido, esperar por lo anhelado.
El simple acto de esperar indefinidamente duele y con sinceridad, no quiero encadenarnos a esto por mucho amor que haya de por medio.
No quiero encadenar a alguien a esperar siempre y no quiero pasar toda una vida esperando a que las cosas pasen solas.
Y por esto es que me refería a que duele, porque no me atrevo a dar el paso de soltar cuando siento que aún queda mucho por dar.
Pero, ¿cuándo podré dar más? ¿Cuánto podremos soportar más esto?
Me gustaría que las cosas hubieran sucedido de un modo diferente, que todo hubiese estado del lado correcto desde que inició. Pero al parecer la vida siempre se empeña en darle vuelta a lo que queremos y de una patada pospone nuestros planes.
Como dije antes, no tengo las palabras correctas, de hecho, no tengo palabras para expresar lo siento y es algo jodido porque mil veces he querido rendirme ante la espera de algo que nunca llega.
¿Por qué no lo he hecho? Quizá soy demasiado cobarde ante el hecho de rendirme y no soportar otro poco más. O quizá la razón de todo es que amo con una fuerza inmensa que me pide seguir intentándolo aunque la mismísima suerte esté en contra.
Sí, he querido rendirme.
Sí, he pensado muchísimas veces que lo que ha sucedido sólo es una muestra de que quizá no sea lo mejor para mí.
La verdad no sé, estoy divagando. Suelo perder el hilo de mis pensamientos y me desconecto de lo que realmente importa.
Y es que esto se acabó.
Por mi bien, por el tuyo, por todo lo que alguna vez vivimos juntos. No me busques nunca más. Estaremos mejor así.
Atentamente.
Harper.
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Huracán
Lãng mạnEvan rompió su corazón de mil formas diferentes y en todas y cada una de ellas nunca lo notó. La utilizó, manipuló y jugó con los sentimientos de aquella Harper inocente que lo único que anhelaba era que por fin alguien la quisiera, que por fin algu...
