Segundo Capítulo: La casa de la tía Nelly

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Era el 27 de Diciembre de 1940 el día exacto en que llegue a la casa de la tía Nelly, hasta Abril de 1941, después de un largo viaje en tren con la Sra. De Levie, ella me explico durante todo el viaje como era la tía Nelly y cual sería mí nuevo nombre:

-A partir de ahora tu nombre será "Jan Sanders".

Me pareció muy raro mi nuevo nombre pero sabía que me tendía que acostumbrar. -A la tía Nelly le gustan muchos los niños buenos y sociables, así que tú le vas a caer muy bien, añadió la Sra. De Levie.

Nos bajamos en la estación y caminamos 3 calles para llegar a mi nuevo hogar, y antes de llegar ya me estaban esperando en la puerta, la tía Nelly era una señora muy agradable y linda, junto con su hija llamada Hansje, ella tenía 16 años, era muy agradable y me trataba muy bien. En cuanto entre a la casa me llevaron a ver la que sería mí nueva habitación era una habitación más pequeña que la que tenía en la casa de los Fonds pero aun así puede vivir muy tranquilo durante dos meses, justamente cuando las redadas eran peores y estaban en su mayor punto. Recuerdo que el último día en la casa de la tía Nelly, el vecindario estaba muy silencioso y solitario, como siempre yo salía a jugar en el jardín trasero pero ese día Hansje me dijo:

-Hoy no vas a poder salir a jugar, porque ayer en la noche descubrieron que la familia que vive frente de nuestra casa, estaban escondiendo a una niña judía, la descubrieron y vinieron por toda la familia por lo que creemos que es hora de que te marches.

Apenas me termino de decir cuando pasó un camión lleno de soldados Nazis y corrí para esconderme dentro de la casa. En la tarde, tome mis cosas y me llevaron con el Sr. Van Persie, él tenía una granja en las afueras de Rotterdam.

Cuando llegue con el Sr Van Persie, tenía una cara de enojado, desde que lo vi sabía que jamás nos llevaríamos bien. Una mañana estaba ayudándole en la granja cuando me dice:

-Ya me harte de estarte dando refugio, si mañana cuando yo despierte tú no te has ido, llamare a los soldados para que te lleven a los Campos de Concentración.

Al escuchar eso me asuste demasiado, no tenía ningún lado al cual ir por lo que toda la tarde estuve pensando en que iba a hacer o a donde me iría, recordé que tenía un amigo que vivía a dos casas de donde estaba viviendo con el Sr. Van Persie , así que decidí ir a visitarlo. Cuando llegue a casa de mi amigo Frank, él tenía 20 años, le conté todo lo que estaba pasando, me dijo que él conocía de un lugar en donde me podrían ayudar y como llegar por un lugar por el que no pasaban los soldados, iba a ir con una tía de Frank a la que le decía tía Kattenburg, ella al igual que el Sr Fonds también era parte del partido pero sabía que ella me podría dar refugio por un par de semanas.

Me quede a dormir todavía esa noche pero me desperté antes que el Sr. Van Persie y me dispuse a partir con destino al lugar que Frank me había dicho. Fue una larga caminata de 8km, Frank me dijo que por ese lugar casi no pasaban soldados pero estaba muy equivocado, apenas camine 1km e iba pasando todo un escuadrón, eran como 5 camiones llenos de soldados, estaba muy asustado y no quería que me vieran, así que corrí por un callejón y me metí en un bote de basura, temeroso de salir y que me vieran me quede ahí por casi una hora, hasta que me arme de valor y logre sacar mi cabeza para ver si ya se habían ido los soldados, para mi suerte ya no estaban así que seguí con mi caminata.

Todavía me faltaban algunas calles para llegar cuando empecé a escuchar disparos y gritos, asustado y sin saber que pasaba me fui corriendo hacia lo que eran varios carros destruidos, ahí me volví a ocultar por 30 minutos hasta que los gritos cesaron. Nuevamente temeroso volví a sacar la cabeza para ver si ya podía salir o tendría que quedarme más tiempo escondido, para mi suerte ya no había ningún soldado alemán por lo que pude volver a salir y llegar a mi destino, al llegar a la casa de la tía de Frank toque la puerta, salió una señora muy alta y me dijo:

-¿Quién eres tú y qué estás haciendo aquí?

-Hola buenas tardes, mi nombre es Jan Sanders y soy amigo de su sobrino Frank, él me dijo que me podría dar refugio, respondí un poco nervioso.

-Eres amigo de Frank, pasa rápido, que no te vea nadie porque son muy chismosos en este vecindario, respondió la tía de Frank. Entré a la casa por la puerta de atrás para que ninguno de los vecinos viera que iba a esconder a un niño judío dentro de su casa.

La señora Kattenburg vivía sola, era una señora muy alta y un tanto gruñona, recuerdo que un día yo le estaba ayudando a hacer a comida cuando llegaron unos soldados alemanes tocando la puerta, la Sra. Kattenburg muy asustada no sabía qué hacer y como ella no quería que me llevaran me dijo:

-Ve corriendo al ático, hasta el fondo está un armario te metes y en el piso del armario hay varias tablas sueltas, ahí te vas a meter y te esconderás, cuando todo pase yo voy a ir para buscarte para que salgas.

Fui corriendo al ático e hice todo lo que me pidió que hiciera, estuve ahí adentro por varias horas hasta que anocheció, ahí adentro se podía escuchar todo lo que pasaba dentro de la casa. Se podía escuchar como los soldados entraban a la fuerza y rompían la puerta de la entrada, escuché varios gritos que parecían ser de la señora Kattenburg, al parecer se la habían llevado por haberme escondido y puedo pensar que uno de los vecinos la había delatado, el Sr. Maurice Kosses él también era miembro del partido y se lo tomaba muy enserio, la Sra. Kattenburg me había contado algunas historias de aquel señor, la que más llamó mi atención fue lo que él le hizo una familia entera, les ofreció refugio pero lo que la familia no sabía es que era una trampa y cuando ya los tenía en su casa, los dejaba encerrados, sin comer y lo peor de todo, al final él iba por los soldados nazis y el mismo decía que los torturaba y preparaba para que luego fueran llevado a los Campos de Concentración. En fin yo sospechaba que él había sido así que tome una pequeña mochila, comida en latada y unas botellas de agua, tomé una bicicleta que la Sra. Kattenburg tenía en su ático y salí sin ningún destino, solo quería salir de ahí.

MI VIDA DURANTE LA GUERRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora