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Hoseok era un chico de 19 años que babeaba por Namjoon, un chico de 22 años, y, era de esperarse, Kim Namjoon era un prospecto de novio perfecto, atento, lindo, protector, a veces posesivo, inteligente, lo tenía todo

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Hoseok era un chico de 19 años que babeaba por Namjoon, un chico de 22 años, y, era de esperarse, Kim Namjoon era un prospecto de novio perfecto, atento, lindo, protector, a veces posesivo, inteligente, lo tenía todo.

Hoseok no sería la excepción a ser otro más de los que gustaba de Namjoon, pero, si en algo estamos de acuerdo es que a Namjoon le llamó la atención Hoseok, ese lindo chico se sonrojaba cada que le hablaba, que no podía mirarlo a los ojos sin tartamudear o quedarse mirando por minutos a Namjoon como si no existiera algo mejor que hacer.

Y Namjoon por fin le hizo caso a Hoseok, después de varias salidas, de varias conversaciones, de varias risas y algunos cortos besos, se hicieron novios, era la pareja perfecta en la escuela, pero no todo era color de rosas.

Cada vez, Namjoon se iba alejando más de Hoseok, lo llamaba de vez en cuando, le ponía excusas para no verlo, ya no era tan cariñoso como al principio de la relación y eso alertaba al menor, pero de vez en cuando tenían sus encuentros.

Como hoy, Namjoon llamó a Hoseok para verse después en casa del mayor, pero seguía sin sentirse como antes. Al llegar a casa del mayor se dió cuenta de que estaban completamente solos, por lo que después de una película comenzaron a besarse y las caricias comenzaron a repartirse calmando un poco el preocupado corazón de Hoseok, sólo así se sentía amado por el mayor.

Namjoon llevo a Hoseok a la habitación para recostarlo y dejar una que otra marca en su cuello, mientras le decía palabras lindas al oído, pero palabras que sonaban tan repetitivas y tan secas que Hoseok sentía ahogarse en esa habitación.

Hoseok simplemente se dejó hacer mientras pensaba en todos los problemas que comenzaban a aparecer en su relación, el como después de los meses Hoseok tenía que perseguir a Namjoon para salir, para que lo escuchara, cuando antes siempre estaba a su lado, lo más distante que se ponía día con día, él como sonreía cuando platicaba con un chico de la edad de Hoseok, rubio, mejillas regordetas, y una preciosa sonrisa. Hoseok comenzaba a cansarse de eso.

Solamente sollozó levemente mientras el mayor comenzaba a sentarlo en su regazo para poder acariciarlo a su gusto.

Después de todo le importaba una mierda si solamente era una más de sus aventuras, no importaba si solo era como una cita de juegos donde él era el único juguete, donde él era el único enamorado.

Hoseok se quedó dormido después de llorar de manera silenciosa, no quería interrumpir al mayor, a la mañana siguiente despertó y Namjoon ya no estaba en la habitación, se estaba arreglando para salir y no había nada más que decir, decidió hacerse el dormido para que el mayor no lo corriera, una vez que se fue decidió vestirse e irse a su casa.

Hoseok estaba cansado, quería contarle todo a Namjoon, quería decirle que se sentía solo, que comenzaba a dudar, que nunca había comunicación entre ellos más que para tener sexo. Hoseok solamente deseaba que Namjoon no le importara tanto como para tenerlo todo el día de en la cabeza. Pareciera como si solo se escondieran esperando que la bomba explotara en cualquier momento.

Decidió salir un rato pero no esperaba encontrarse con Namjoon y un chico pelirubio hablando tan amenamente en una cafetería, no esperaba que ese pelirubio le diera un pequeño beso en los labios a Namjoon y que Namjoon correspondiera.

El mundo de Hoseok se vino abajo, recordó todas aquellas promesas que creyó de Namjoon, aquella promesa de que me regalaría rosas, le daría un anillo bellísimo cuando pidiera su mano. Después de todo, Hoseok nunca sabía que necesitaba Namjoon, pero él quería dárselo, quería que fuera lo único que necesitaba, así como Namjoon era lo único que él necesitaba.

Hoseok confirmo aquel día que solo era una cita de juegos para Namjoon, que nunca fue un 100% seguro aquel amor que tanto juro y perjuro tener por él. Namjoon vio a Hoseok sentado en una banca, llorando y teniendo su celular en la mano viendo una foto de ellos dos. Y Hoseok supo que era momento de decir la verdad cuando lo vio parado frente a él.

—No me importa una mierda, no me importa callarme y hacer como que no he visto nada, después de todo soy como una simple cita de juegos, es más, ¿quién dijo que me importabas?

—Hoseok, déjame explicarte.

—No tengo nada que escuchar, si hago como que no he visto nada, ¿me dejaras seguir siendo tu juguete? no quiero que esta cita de juegos de acabe

Hoseok solamente beso al mayor para tomarle la mano y llevarlo a un café como en su primera cita, Namjoon no dijo palabra alguna, después de todo, Hoseok estaba dispuesto a seguir con él como si nada, sin importarle que no lo quisiera como él lo quería.

Pero, ¿cuánto tiempo más les duraría su cita de juegos? donde uno jugaba con el corazón del otro y donde el otro disfrutaba de ser la marioneta sin importar las lágrimas que tenga que derramar.

Pero, ¿cuánto tiempo más les duraría su cita de juegos? donde uno jugaba con el corazón del otro y donde el otro disfrutaba de ser la marioneta sin importar las lágrimas que tenga que derramar

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—HOPE

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