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Jeno se tropezó, cayó hacia delante deteniendo su caída con sus manos, eso sería suficiente si el suelo de la cocina no hubiera estado lleno de vidrios rotos.

Había cortado su mano, un firme y profundo corte justo en su palma con la sangre derramándose entre sus dedos.

Dolor.

Odiaba el dolor con todo su ser, ese frío sentimiento, el sabor amargo y ese palpitar y un pequeño pitido que lentamente llenaba su cabeza haciéndole sentir un increíble desasosiego.

La sangre pintándose de negro a causa del dolor, cayendo lentamente por su mano mientras todo a su alrededor se cubría de un matiz oscuro.

La ansiedad era demasiada, siempre se sintió ridículo de llorar por un simple corte, pero todos sus sentidos le abrumaban hasta sentir que no podía respirar.

—Hey, hey—dos manos sujetaron la suya entre ellas.

Todo se aclaró.

El ambiente se tranquilizó, dejo de escuchar esos horribles sonidos, la sangre tuvo ese color rojo brillante normal, Jeno miró hacia delante, Jaemin estaba frente a él mirándolo preocupado.

—Todo está bien, es un simple corte—Jaemin acarició su mejilla con la parte posterior de una de sus manos, ese suave sabor a dulce le tranquilizo de nuevo—No tienes que llorar por eso, cerrara rápido—

Era un lobo, sus heridas cerraban a una velocidad increíble, pero eso no quitaba el poco dolor que sentía y que le perturbaba.

Jeno miró hacia delante al vampiro, esa tierna sonrisa que le daba confianza y le hacía sentir tan seguro, no podía evitar caer ante aquella sonrisa.

Y también le sonrió.

—Está bien—Jeno había dejado de llorar por completo para ponerle atención al vampiro, no se le hizo extraño cuando el vampiro observo la sangre en la palma de Jeno y tragó saliva.

Era tan obvio lo que quería y lo mucho que se contenía que se sintió mal por el pobre vampiro.

—Puedes probarlo—Jeno aseguró.

Jaemin abrió los ojos sorprendido por aquellas palabras, era completamente raro ver a un lobo ofrecer su sangre a un vampiro, podían ejecutarlo por tan traición, pero justo ahora solo pensaba en lo deliciosa que se veía la sangre de ese lobo, no pudo contenerlo así que acercó su lengua a su palma y comenzó a lamer.

Jeno sintió un escalofrío cuando aquella lengua toco su palma pasando lentamente por su herida, ya no dolía, en cambió se sintió demasiado bien, ese chico tan suave y tan dulce pasando su lengua por su delicada piel.

Su lengua era cálida contra su piel y parecía asegurarse de limpiar toda la sangre hasta que la herida cerró, era algo placentero, nunca sintió un sabor tan dulce en el tacto de otra persona, la voz del vampiro siempre tuvo la misma sensación, algo dulce y a la vez de un color claro.

Jaemin había sonreído torpemente después de terminar de lamer, pasó su lengua por sus propios labios mirando alrededor sin querer mantener contacto con el lobo, se sentía avergonzado de descontrolarse por un poco de sangre.

—L-Lo siento—

Jeno negó rápidamente—No tienes por qué disculparte, lo entiendo—

Llevaba un par de días junto a esos vampiros.

Se había despertado en otro lugar diferente, nada le era familiar y estaba seguro que estaba en algún lugar de la ciudad, podría volver por su cuenta con ayuda de su olfato, pero ese par de vampiros le pidieron que se quedara con ellos.

Jugo de uva [Norenmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora