Prólogo.

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Era una tarde calurosa, lo suficiente como para querer quedarse solamente en casa con el aire acondicionado al máximo.

Camila se encontraba tendida en su pequeño sillón leyendo una historia que la estaba dejando impresionada.

Sus días se basaban en frecuentar bibliotecas y llevarse cualquier libro que llamase su atención, aunque sabía que no cualquiera era bueno y debía tener una llamativa portada.

Más de una vez se le pasó por la cabeza escribir alguna historia, más no se le ocurría nada y cuando alguna idea rondaba por su traviesa cabeza, se veía escribiendo relatos sexuales que acaban disgustándola.

Nada parecía acabar de gustarle y antes de seguir frustrándose, prefería dejar ese oficio a personas que sabían escribir y tenían ese don.

De mientras ella seguiría disfrutando hasta encontrar una idea lo suficientemente buena como para publicarse...

Camila mordía sus labios cada vez que llegaba alguna de sus escenas favoritas, aquellas donde ambos cuerpos se unían para mantener relaciones.

Y sin duda ella se estremecía al imaginarse siendo esa protagonista.

Cerró el libro concluyendo su final, suspiro feliz y satisfecha al haber tenido un final glorioso donde sus protagonistas se fundían el uno al otro.

Con frenesí se levantó de su pequeño sillón y se dispuso a darse una fría ducha.

Ya allí con todo preparado para su ritual del baño, deslizó las prendas de su ropa y al entrar a la bañera pudo sentir la fría agua rozar con sus pechos sintiendo calidez.

Camila adoraba tener esos pequeños momentos a solas, ya que los disfrutaba y aprovechaba para dejar volar su imaginación...

Pero parecía que hoy el destino le deparaba otra cosa.

Cuando estaba deleitándose de su juego el sonido de su móvil comenzó a soñar, sacándola de su excitante fantasía.

—¿Qué pasa Dinah? —Dijo mientras envolvía una toalla en su delicado cuerpo.

—Te acabo de encontrar un trabajo, vístete ya.

Camila iba a hablar, pero su mejor amiga ya le le había colgado dejándola con la palabra en la boca, aunque eso era típico de Dinah.

Se puso lo más sencillo que tenía en su armario y cepilló su largo cabello con rapidez, se puso sus sandalias más usadas y aplicó un maquillaje sencillo en su rostro.

Bueno era un trabajo al que debía ir, no a una discoteca a ligar.

Tomó el bus público y al ver que la zona residencial donde Dinah la había citado era una de las más importantes de la ciudad, comenzó a sentir cierto miedo.

Al llegar, encontró a su amiga esperándola en un grande jardín lleno de flores de todo tipo.

—Pensé que no llegarías. —Dijo alegre al verla.

—¿Qué trabajo es ese que me has encontrado?

—Tengo un amigo que necesita a alguien de confianza para cuidar a su pequeña y tú eres la indicada. —Contestó la morena.

—Tú lo has dicho, "alguien de confianza" esa eres tú, no yo Dinah.

—Tonterías ya hablé con Mike y me dijo que todo estaba bien, ahora pasemos estén esperando por ti. —Dijo la morena arrastrándola.

Al entrar Camila se impresionó demasiado al ver todos los objetos de valor y la grande casa que parecía una mansión.

Sin duda era demasiado para ella.

Pero lo que más la dejó atónita fue la maravillosa chica de tez blanca y ojos verdes que la observaba curiosa desde las escaleras.

"Esto será interesante "

—Camila ella es Lauren Jauregui. —Dijo el hombre con las presentaciones ya listas. — Mi maravillosa hija de 17 años.

El verano parecía prometer mucha diversión pensaron ambas chicas en sus traviesas cabezas mientras se observan fijamente.

N/A: Jaaaaaaa aquí traigo un nuevo fic que tenía muchas ganas de publicar, aquí mucho drama juvenil ya que Lauren es una adolescente y Camila una adulta.

Deja tú regalito para mi. 💖

Deseos de ti. (Camren) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora