La campana de la escuela sonó mientras nosotros entrábamos al aula, todos hablaban entre todos sobre que hicieron en las fiestas, el murmullo de un aula llena puede llegar a ser algo molesto, me abrí paso entre mis compañeros para ir a sentarme en mi pupitre, si hay algo que le agradezco a los profesores es que me hayan mandado a sentar junto a la ventana que da a la calle, en la último fila, para una persona aburrida e invisible como yo no había nada mejor, aunque no todo puede ser bueno, ya que Mat se sienta delante de mí.
El profesor se hizo escuchar pidiendo silencio, y preguntando por los trabajos que había dejado, ¿quién deja trabajos en una época de fiestas? Creo que lo hacen apropósito para distraer a los alumnos de fiestas y cosas que no deberían hacer, aunque no le hicieran caso saliendo de todas formas. Comenzó a llamar por lista a cada alumno, entre lamentos de mis compañeros, me levanté y puse mi trabajo en el escritorio del profesor, luego de haberme llamado. Odio levantarme e ir frente a todos, siento sus miradas en la espalda, por eso agradezco tanto sentarme al final de la fila.
-¿Terminaste todos los puntos del trabajo? -Me preguntó Mat, dándose vuelta desde su asiento.
-Claro, como si tuviera otra cosa que hacer.
-A veces te envidio. -Confesó antes de rematarlo con un "solo a veces".
La verdad no sé qué pensar, yo no lo envidio, estoy bien así. Se que lo dijo por el hecho de que termine todo el trabajo, pero a veces esas expresiones de él me enojan bastante.
La campana sonó otra vez, algunos se levantan para comprar su almuerzo, comer afuera en el patio, cosa bastante estúpida con este frio, en la cafetería, o como es en mi caso, en el mismo salón, no necesito salir a comprar ya que me traigo mi comida de casa.
-Genial, ¿cocinaste tú? Eso tiene buena pinta. -Dijo Mat que recién volvía de comprar su almuerzo.
-No es la gran cosa, solo lo que sobró de ayer, y lo hizo mi mamá, quisiera saber cocinar así algún día.
-Vaya, se ve delicioso, déjame probar. -Dijo mientras robaba una de mis albóndigas.
-Oye, ¿quieres que muera de hambre? -Le dije mientras tomaba el recipiente con mi comida y lo acercaba más a mí.
-Pero solo ha sido una. -Hablo casi de forma inentendible debido a que seguía masticando.
-Y era mía, ¿y podrías no hablar con la boca llena? Es asqueroso.
-Vamos no seas así, te convido un poco se mi sándwich. -Me dijo mientras acomodaba su silla para sentarse frente a mí en el mismo pupitre. -Oye, conoces de videojuegos, ¿no? Estaba pensando en jugar alguno, ¿qué me recomendarías? Que sea realmente bueno.
-¿Algo de tu gusto? Pues no lo sé. -La verdad es que ni se cuáles son sus gustos y no quisiera andar indagando en ellos solo por recomendarle un juego.
-¿Quieres ir a la tienda de videojuegos del centro? Podemos jugar algo y de paso me recomiendas alguno, ¡vamos, yo invito!
-¿Acaso no tienes algún compromiso hoy con alguna de tus tantas amigas? -Le dije en un tono medio sarcástico.
-No, hoy no, y si me dicen para hacer algo les cancelaré, hace mucho no pasamos tiempo de chicos.
-Sabes que no me gusta salir, y nunca lo haces conmigo, podemos contar con una sola mano las veces que salimos juntos a algún lado. -Le recordé mientras terminaba el último bocado de mi almuerzo.
-Con mayor razón, ya está decidido. Hoy iremos al centro. -Anunció con emoción.
-No dije que iría. -Le dije mirando hacia la ventana, deteniendo abruptamente cualquier plan que estuviese armando en su casa. La verdad es que, si voy a ir, no tengo ganas de llegar temprano a casa, pero no quiero decir que sí como si nada, para que no se mal acostumbre, normalmente soy de volver rápido a casa, pero hoy tal vez decida comprar algún juego nuevo.
![](https://img.wattpad.com/cover/160609356-288-k901233.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Las caras del invierno
Teen FictionUna historia genero comedia/romance/ +18 que hice, invente e ilustre todo a mi puño y letra. De que trata? De las malas deciciones que existe en una relación a corta edad, sin conocimiento, sin experiencias, sin educación. Todos los derechos reserv...