Capítulo 1.

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Vivo en Alison, un pequeño pueblo de Estados Unidos. Es demasiado tranquilo aquí, tanto que asusta. Me llamo Madilyn y tengo 17 años. Asisto a la secundaria Allbourn. Hace días se comenta en el pueblo que anda dando vueltas por el pueblo unas camionetas blancas nunca vistas por aquí. Nos resulta raro, porque en Alison nos conocemos todos y reconocemos los vehículos de cada vecino de aquí. Estas no lo reconocíamos. Era muy rara la situación, no era para nada normal esto. Por eso estamos todos alerta, por cualquier situación.

Hoy desperté a las 9 a.m. Desayuné, me duché y pensé en las actividades que tenía que hacer hoy en mi día libre, ya que no había clases en mi escuela. Recordé que hoy era el cumpleaños de mi amiga, Jenny, así que planeé ir a saludarla y pasar todo el día juntas festejando su día.

Salí de casa a las 10.30 para ir a comprarle un regalo. Fui a la tienda y le compré un collar que habíamos visto juntas hace unos días atrás. En realidad eran dos collares, eran iguales. Uno se lo quedaba ella y el otro yo, como recuerdo de nuestra amistad.

Volví a casa a las 12.30. Mamá justo estaba haciendo el almuerzo. Me pidió que pusiera la mesa para almorzar juntos antes de que ella se vaya hacía su trabajo. Almorzaríamos los 3: mamá, mi hermano y yo. Tengo un hermano de 7 años, Teo. Papá murió en un accidente 3 meses después de que Teo nació.

Cuando terminamos de almorzar, llegó mi abuela para cuidar a Teo, ya que hoy a la tarde yo me iba y no iba a haber nadie para cuidarlo. Levanté los platos de la mesa y los lave. Fui a mi habitación a preparar mis cosas para irme a la casa de Jenny. Se hicieron las 14.30 y salí hacia su casa. Le di un beso a la abuela y un beso muy grande y un abrazo a Teo.

Cuando ya había hecho 3 cuadras de casa, pasó la camioneta blanca frente mío. Me detuve a mirarlos, pasaron muy lentamente y pude sentir que desde dentro de la camioneta me miraban fijamente a través de unos vidrios polarizados negros, eso me dio miedo. Seguí caminando, ahora más rápido. Esa situación me dejo temblando realmente. Cuando ya había hecho 2 cuadras más, sentí un fuerte golpe en la cabeza que me dejo tendida en el suelo, un poco inconsciente. Borrosamente pude ver que se estaciono a mí costado una de las camionetas blancas que andaban dando vueltas en el pueblo. Pude ver como se bajaron 2 hombres de ella y me subieron arriba de la misma. Seguido a esto, sentí como un pañuelo mojado en mi cara me dejaba completamente inconsciente y me desmayaba. Después de eso, no recuerdo más nada.

Sentía movimiento y voces a mí alrededor, no lograba escucharlos nítidamente. Me sentía muy mareada. Logré escuchar algunas palabras de unos hombres que venían conmigo en la camioneta. Decían que ya casi estaban los 5 “seleccionados” de la “zona 3”. No entendía que significaba eso. Uno de los que venían en la camioneta, se dio cuenta de que estaba un poco consciente, agarró y mojó el pañuelo con un líquido, me lo colocó en la cara y me volvió a dormir. Luego supuse que era formol o algún líquido para dormir.

Sentía dolor en mis manos, sentía como si algo estuviera apretando mis muñecas. Me dolía el brazo. Tenía la cabeza baja. Comencé a abrir mis ojos, solo una luz tenue azul me iluminaba. Borrosamente pude notar que estaba sentada como en una butaca. Tenía algodón en la mitad de mi brazo, como cuando te inyectan. Me sentía muy mareada. Había mucho silencio. Levanté mi cabeza y pude ver que delante de mí había otra persona en la misma situación que yo, sólo que aún seguía inconsciente. Mire para su costado y vi que había otra persona más. No entendía nada. Giré la cabeza para mis costados y vi a 2 personas más. Todas estaban inconscientes como yo minutos antes. Ahora sí cobraba un poco de sentido lo que había dicho el hombre que venía en la camioneta, eso de “los 5 seleccionados”. No lograba verles la cara a las demás persona que estaban frente a mí.

Intentaba soltar mis manos, pero estaban muy apretadas. Intente hablar, pedir ayuda pero no tenía fuerzas, no tenía voz. Era inútil que gastara la poca fuerza que tenía en algo que no daría solución. Agaché mi cabeza y me puse a pensar un poco en qué podría haber pasado. Intentaba buscar explicaciones a los hechos sucedidos, pero no lograba nada. Sólo quería estar con mamá y Teo. Logré entender que lo que nos había pasado a los 5, había sido un secuestro. ¿Querrían dinero a cambio? ¿Pedirían rescate? O para qué nos trajeron hasta acá, quería respuesta para esas preguntas.

Pensaba en lo que haría Teo, en cómo se sentiría cuando se entere de lo que paso conmigo. Pobre Teo. Nos llevábamos muy bien, él es mi tesoro más importante en el mundo. Cuando yo estaba mal, Teo era el que estaba conmigo. Él se daba cuenta de lo que me pasaba y hacia lo que fuera para hacerme sentir bien. Lo amo mucho.

Mamá es mi mejor amiga en el mundo. Siempre me escucha y me aconseja. Si nunca más llegase a volver a casa, espero que ellos dos tengan la vida que se merecen. Los voy a extrañar mucho.

¡Jenny! Jenny me estaba esperando al momento de mi secuestro o lo que sea. No pude saludarla. Me siento mal por eso. ¿Se habrá enojado porque no la saludé? ¡¡Necesito saber!!

No se me había ocurrido el saber si aún es de día, si es de noche, qué hora es, qué día es. Acá dentro no entraba luz, era todo oscuridad. Solo había esas luces que teníamos cada uno de los 5 en las butacas.

Mientras más pensaba, pensaba lo peor. Necesitaba saber si algún día volvería a ver a mi familia, a mis amigos, si volvería al colegio. Necesitaba saber dónde estaba, que pasaba. Necesitaba explicaciones. No encontraba más nada que más y más preguntas.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2014 ⏰

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