La bruja de la noche

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General Syndulla suponga que usted ya conoce la historia de esta bruja- me preguntó la senadora

Sí la conozco bien fue una de las miembros de mi equipo - dijo la generala con un pesar en su voz

Usted sabe que mandalore podría ser muy poderoso con esa mujer en especial ya que muchas mujeres ahora usan esa clase de magia - explicó la senadora

No sé. Pero qué es lo que quieres que haga yo, ella ya no me va a escuchar está con su familia -con la generala amablemente

Ahora si usted la conoce y confía en ella le pido por favor que la haga razonar y que abandone esa magia. No por nada tuvimos que matar a las hermanas de la noche -le dijo seriamente

Veré qué puedo hacer - generala tristemente

La generala salió de la oficina de la senadora para dirigirse a su equipo, su misión era encargarse de la magia de la mandaloriana pero manteniendo las normas de distancia de la república, sabía muy bien lo que era capaz de hacer esa magia y era por eso que la República le temía, para el joven de la nave está muy emocionado volver a ver a su amiga aunque aún creía que ella seguía poseída por los espiritus de las hermana de la noche, no creía que era fruto de su magia y dudaba de ella, había escuchado que había manipulado al almirante más poderoso del imperio con esa magia que llamaba la república pero para él era más que estupideces no creía en eso

Magia de verdad, la república le teme a la magia- dijo el joven burlándose

Lo es, la visto con mis propios ojos - dijo el ex almirante imperial

Déjenme a solas con ella unos minutos y le sacare el espíritu de las hermana de la noche y les probare que no hay nada de magia - dijo el joven bromeando

Crème niño que lo hiciéramos te perderíamos de inmediato - me dijo el ex almirante imperial el mismo se había enfrentado esa magia la joven

Lo recordaba claramente como se había logrado meter a su oficina encerrarlo, déjalo vulnerable ante todo, como había logrado mostrarle algo que él deseaba pero que no podía tener, pero con ella lo iba a poder lograr gracias a su entrenamiento Chiss pudo evitar la magia y sacarla de su mente alertando hacía la república, sabía bien que la joven se mantenía todavía su hogar pero cada día se volvía más poderosa, combinada la magia de las hermanas de la noche con los registros mandalorianos lo cual hacía más letal y mucho más hábil, le había enseñado a muchas veces las mujeres a usar esa magia en combate

Sabine sabía en el mundo natal de su amigo aún estaba bajo el régimen imperial, y él haría todo lo posible para liberar a su mundo, sería así como él se uniría al lado oscuro gobernarian juntos a su mundo, el estar con las hermanas de la noche habia despertado habilidades que no sabía que tenía, sino también había despertado un sentimiento por su amigo que no sabía que tenías, tan sólo pensar en él su magia se ponía al máximo le costaba controlarse, lo sabía estaba enamorada

Conocía los procedimientos de la nueva República la aburrí en el habla y el hablar no era para ellos nunca le gustó, tuvo que aguantar unos cuantos días antes de volver a ver a su amigo, poder verlos y ningún obstáculo a solas pero en ese momento no quiso, ya lo sabía, la República las había matado a todas, era la única que quedaba y ni siquiera en una bruja de verdad, sólo fue una joven que aprendió, que te quiso ayudar pero les falló, intento hablar con la madre talzin pero ella le dijo que ya era en vano que ella preservará todo los conocimientos que quedaban de las hermanas de la noche

Entonces de verdad no estás poseída, me tenías preocupado -dijo el joven entrando al balcón dónde se encontraba sentada

Me da gusto verte rata de loth -dijo la joven mandaloriana con una sonrisa