Capitulo 8

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Erina miró impaciente a Soma mientras este intentaba buscar coraje.

"¿Que es?"

"Verás, se que puede sonarte algo alocado pero quiero que sepas que soy nuevo en esto y pues....es que tú me-", antes de que Soma pudiera terminar la oración, suenan los sonidos de los fuegos artificiales ganándose así la mirada de la rubia mientras era iluminada por las luces de colores.

Soma suspiró un poco frustrado y maldijo a lo bajo en ese momento al creador de dichas luces, miró a Erina y se quedó embobado mientras contemplaba en silencio la belleza que expulsaba la heredera Nakiri. Cuando los fuegos artificiales terminó Erina volvió a mirar a Soma.

"¿Que es lo que me ibas a decir?"

"Oh nada nada",río nerviosamente Soma," no era nada importante en realidad".

Erina un poco decepcionada asintió, cuando la noria llegó de nuevo a su punto mínimo la pareja se bajo y caminó alrededor de la feria, Soma a lo lejos visualizó un puesto de algodón de azúcar, miró a Erina y sonrió mientras le entregaba el oso.

"Ahora vuelvo"

Erina vio como Soma se iba perdiendo entre la multitud y no pudo evitar que una pequeña sonrisa adornara su rostro, camino a un banco y se sentó a esperar a Soma mientras que su mente vagaba por la maravillosa e inolvidable cita que estaba teniendo gracias a cierto chef pelirrojo.

"Me llegan a decir un año atrás que estaría en una cita contigo y estaría ya a dos metros bajo tierra", pensó Erina mientras miraba el oso que le regaló a Soma.

Soma después de unos minutos volvió con un algodón de azúcar en cada mano.

"Vi esto y pensé que te gustaría uno",sonrió Soma mientras le tendía uno, Erina un poco dudosa lo acepto y lo inspecciono.

"¿Que es esto?"

"Son algodones de azúcar, son bastante dulce y puede llegar a empalagar un poco",río Soma.

La pareja volvió a caminar por el recinto de la feria mientras hablaban de cosas triviales y se comían ambos sus algodones, llegaron hasta el final de la feria y se sentaron en un banco mientras contemplaban el océano tranquilo.

"Siempre me gustó venir a sitios así cuando estoy mal, me ayudan a pensar en las cosas", termino de comer Soma mientras tiraba en palillo a la basura.

"Te comprendo, el reflejo de la luna en el océano es realmente hermoso".

"Tú eres mucho más hermosa", hablo en voz alta Soma sin darse cuenta de lo que dijo.

Erina por su parte no pudo evitar que un enorme sonrojo se formase en su cara y miró a otro lado avergonzara mientras intentaba tranquilizar su ritmo cardiaco. Soma miró de reojo a Erina y sonrió leve mientras jugaba con los dedos de sus manos sin saber de que hablar.

Erina jugueteó con el oso aún un poco avergonzada y miró a Soma.

"Nunca hablaste de tu madre, ¿tienes una mala relación con ella?", pregunto curiosa Erina mientras dejaba el oso a un lado suyo.Soma sonrió con nostalgia y río leve.

"Ojalá fuese eso, mi madre murió cuando yo era un niño, no tengo muchos recuerdos de ella ¿sabes?"

"Lo lamento", dijo Erina un poco apenada," y...em...¿puedo saber de que murió?".

Soma miró a Erina y luego miró sus manos un poco apenado.

"Mis padres y yo fuimos una noche a cenar a un restaurante bastante cerca de casa, cuando terminamos estábamos cruzando la carretera pero a mí se me cayo un perro de juguete que tenía desde que nací, me volví para recogerlo y no me di cuenta de que un coche venía hacia mi dirección y cuando me di cuenta tenía el coche prácticamente encima,mi madre se dio cuenta y corrió hacia mi, me empujó lejos pero a ella no le dio tiempo de quitarse....murió en el acto", contó Soma con la mirada perdida en el océano," si no hubiera ido a por ese maldito peluche ella..."apretó Soma los puños mientras sentía como su cuerpo temblaba un poco.

Erina al ver en ese estado a Soma, sintió como si su corazón lo esturgasen con fuerza y le abrazó.

"No debes de culparte por eso Soma-kun, ella esta orgullosa del hombre que eres ahora".

Soma correspondió él abrazo que la rubia le ofrecía y apoyó su barbilla en su hombro.

"La cinta que siempre llevó a todos los lados era de mi madre, es como si una parte de ella estuviera conmigo y por eso se a convertido en mi amuleto de la suerte".

Erina apoyó su cabeza en el pecho de Soma y escuchó atentamente el sonido de su corazón cuando una ráfaga de aire golpeó a la joven pareja haciendo que la rubia se estremeciera un poco del frío.

"¿Tienes frío?"

"N-no, solo un poco", Erina insconciente se pego más al cuerpo del pelirrojo para buscar una fuente de calor cuando de golpe sintió como una tela le cubría los hombros, al ver con más atención lo que era se dio cuenta de que Soma se había quitado la chaqueta y se le había puesto a ella.

"Ten, te quitará un poco el frío jeje",se rascó nervioso la nuca y cogió el regalo de Erina," deberíamos de volver ya al hotel"

Erina incapaz de poder hablar ya que el olor de desprendía la chaqueta de Soma la tenía hipnotizada asintió varias veces y así ambos caminaron hacia el parking donde tenía Soma estacionado la motocicleta.

Después de un trayecto tranquilo, ambos llegaron al hotel y Soma acompañó hacia la puerta de la habitación a Erina.

"No hacía falta que me acompañaras hasta aquí  Yukihira", bufo un poco molesta Erina al ser escoltada por Soma.

"Puedes lastimarte viniendo hacia aqui, no quiero que te pase nada", se encogió de hombros el pelirrojo un poco indiferente.

Erina metió la llave de su habitación y abrió la puerta.

"Gracias por lo de hoy, a sido agradable"

"¿Solo agradable?",sonrió divertido Soma," seguro que a sido más que eso"

"No tientes tu suerte Yukihira",rodó los ojos Erina," buenas noches", le dio un rápido beso en la mejilla para luego entrar en la habitación y cerrar la puerta.

Soma sonrió como un bobo enamorado y fue hacia su habitación que se encontraban un par de puertas más al fondo, cuando entró se tiró a la cama sin quitar de su rostro la sonrisa que tenía y miró al oso.

"Realmente me tienes enamorado Erina".

Nunca supe lo que tuve hasta que te perdíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora