Esta historia la saqué de un libro de lectura de primaria de México, una historia que marcó mucho y ase alguno años causo una gran controversia, todos los derechos están reservados para la SEP (secretaria de educación pública)...
Texto: Ricardo Bernal
Ilustrado por: Natalia GurovichQuerido monstruo:
Ya no tengo miedo. Mi papi dice que no existes y que no puedes llamar a tus amigos porque ellos tampoco existen.Cuando sea noche voy a cerrar los ojos y apagaré la luz del buró y voy a abrazar bien fuerte a mi osito Bonzo para que el tampoco tenga miedo. Si te oigo gruñir en el closet pensaré que estoy dormida. No quiero gritar como siempre. No quiero que mi papi se despierte y me regañe.
Ya se que me quieres comer, pero como no existes nunca podrás hacerlo; aunque yo me pasé los días pensando que alomejor esta noche si sales del closet, morado y horrible como en mis pesadillas... Mañana, cuando juegue con Hugo, le voy a decir que te mate y que te deje enterrado en el jardín, y que nunca más vas a salir de ahí. Él se va a poner tan contento que me va a regalar su yoyo verde y me va a decir dónde escondió mis lagartijas (siempre a dicho que tu te las comiste, pero eso no puede ser porque mi papi me dijo que no existes y mi papi nunca dice mentiras).
Voy a dejar esta carta cerca de el closet para que la veas. Voy a pensar cosas bonitas como ir al mar, o es navidad, o que me saque un diez en aritmética.
¡Adiós, monstruo!, que bueno que no existas.Firma: Lucy
P. D. No tengo miedo. No tengo miedo. No tengo miedo
Mi pequeña Lucy:
¿Como que no existo? Tu papi no sabe lo que dice. ¿Acaso no me inventaste tú misma el día de tu cumpleaños número siete? ¿Acaso no platicas conmigo todas las noches y te asustas con el extraño ruido de mis tripas?Todas las noches te observe desde tu armario y no lo sabías... Aunque nunca me viste, conocías de memoria mis ojos, mi lengua y mis colmillos, pues todas, todas las noches me soñabas.
Por eso cuando leí tu carta sentí tanta desesperación. Por eso destroce tus juguetes y me comí de un solo bocado a tu osito Bonzo.
Lo juro, Lucy, tú ya estabas muerta. Tenías los ojos abiertos y cuando toque tu barriguita estaba más fría que mi mano. Seguramente te mato el miedo y yo no pude comerte puesto que no me gusta el sabor de los niños muertos. Lo único que hice fue regresar al clóset y llorar de tristeza hasta quedarme dormido... ¡Pobre Lucy! ¡Pobre lucy y pobre monstruo solitario!
Ahora tendré que salir de aquí, alejarme de los adultos que cuidan tu pequeño ataúd y dejar esta carta donde puedas encontrarla... Necesito la risa de un niño y necesito de el miedo de un niño para seguir vivo.
Por cierto, Lucy, ¿donde dices que vive tu amigo Hugo?
Atentamente el monstruo.
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Lucy y el monstruo
HorrorUna historia que sin duda merece la pena leer y que te hará pensar muchas cosas