Eras Tú ~ Reborn x Fon

Eras tú

Al tiempo que ambos levantaron sus cervezas y bebieron, se sumergieron en una guerra de miradas. Dino sonreía divertido de estar conociendo una faceta nueva de su ex tutor y Reborn lo miraba de manera desafiante, pues ahora que había revelado su único secreto gay a un homosexual como Dino, sabía que este no pararía de hacerle preguntas hasta haberle sacado la verdad completa y Reborn, aunque pudiendo guardárselo para sí, seguro le diría la verdad por mero placer y morbo de estarlo confesando.

—¡Anda, dime! —dijo al tiempo que bajaba el vaso helado y lo dejaba en la mesa. Se limpió el labio superior con la lengua antes de continuar— ¡Tengo que saber!

Reborn sonrió de medio lado mirando el contenido de su vaso con el borde todavía sobre su labio inferior. Pensaba decirlo todo, pero disfrutaba hacerle sentir el suspenso. Confiaba en Dino, lo conocía muy bien, ya no era ese pequeño niño torpe al cual entrenó hace más de diez años, pero conservaba esa característica que lo destacaba por ser una persona de confianza. Así que si se trataba de confesar fantasías homosexuales, no había otra persona en el mundo con la que lo haría más que con Dino.

—¿Por qué debería decírtelo? —cuestionó bajando el vaso y relamiéndose los labios— ¿No te basta con saber que tengo una fantasía gay a pesar de ser heterosexual?

—No, necesito saber cuál es y con quién —rio con las cejas arqueadas y los ojos muy abiertos—. Vamos, sabes que yo no le diría a nadie.

Reborn bufó divertido y bebió otro sorbo. Dino se inclinó sobre la mesa y se apoyó en los antebrazos, una sutil manera de insistir.

—Bien, —se rindió rodando los ojos para restarle importancia— es Fon.

—No sé por qué en el fondo algo me decía que tenía que ser él, —comentó riendo— cuando dijiste que solo serías gay por una persona, imaginé que sería él.

Reborn levantó levemente una comisura en una media sonrisa y luego subió un hombro restándole importancia.

—¿Puedo preguntar qué es lo que más te gusta de él?

—Que es la mezcla perfecta entre ferocidad y una carita tierna —respondió como si ya tuviera la respuesta preparada—. Fácil de subestimar, pero difícil de doblegar.

Dino sonrió con aprobación y picardía, entendía a la perfección esa debilidad por los lobos bajo piel de cordero. Reborn, en un gesto rápido, alzó una ceja y miró hacia otro lado algo incómodo por darse cuenta de que ambos compartían el mismo tipo.

—Cuando lo conocí, lo juzgué como el más débil —confesó volviendo a mirar al rubio—. Sabía que era artista marcial y que era campeón de varios concursos, pero no me impresionó, es decir: Lal y Colonnello son militares francotiradores; Skull y yo somos asesinos; Verde un científico sin escrúpulos; Viper era la mejor ilusionista de la época y es capaz de vender a su alma por dinero; y Luce tenia el don ver el futuro... —inclinó la cabeza hacia un lado torciendo ligeramente la boca— el que Fon fuera artista marcial no me parecía la gran cosa.

Se llenó la boca de cerveza y la mantuvo allí unos segundos antes de tragar. Dino se estuvo callado con la mirada expectante, notablemente interesado en su historia, pues si había alguien con buenas anécdotas, ese era Reborn.

—Un día, se lo dije en una conversación casual que tuvimos —admitió sonriendo y con la vista perdida, como si en su mente se reprodujera el recuerdo—. Fon, como era de esperarse, no se ofendió; pero me miró con una sonrisa confiada y la cabeza inclinada hacia un lado —imitó el mismo gesto evocando en su mente la imagen—. ¡Se veía tan adorable que hasta me pregunté qué diablos hacía una persona como él metida entre nosotros!