He's Gone

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Yoongi no entendía por qué aún no nevaba, ya estaban en época de que se aproximara la primera nevada. Pero no caía ni un poco de nieve, solo había frío, frío que le helaba la sangre. Terminó su chocolate y ajustó su bufanda alrededor de su cuello, para salir de la pequeña cafetería en la que se encontraba.

Afuera, las personas iban y venían monotanamente, sin mirar a su alrededor, con prisa y ansias de llegar a casa y resguardarse del frío. El pelinegro pensó en llegar a casa, y una voluta de aire congelado se escapó de su boca cuando exhaló. No quería volver a casa, queria quedarse afuera y buscarlo por más tiempo. Pero se acercaba navidad, y los chicos estaban esperando por el. Al menos el ambiente en casa ya comenzaba a ser un poco más agradable y menos muerto como antes.

Camino sin rumbo, buscando en los lugares que frecuentaban. Pero al final, se dio por vencido, sabía que no sería un buen día y no lo encontraría. Así que se dio por vencido y volvió a casa.

Pasó por galletas y chocolate caliente para los chicos, necesitaban levantar un poco el ánimo. Al llegar a casa, lo primero que hizo fue entrar hasta la cocina y dejar todo sobre la mesa.

La casa estaba tan silenciosa, Namjoon probablemente estaría en su estudio, y Jin que en el pasado sin dudar hubiera estado preparando algo para la cena, ahora se encontraba en su habitación. Hobi se la pasaba horas en el estudio de baile, bailaba hasta quedar exhausto para luego ir a dormir. A Taehyung ni siquiera se le veía por la casa, solo se le miraba llegar a casa con ojos inchados e ir directo a su habitación. Y Jungkook, que era el único que trataba de animar el ambiente, se había ido a casa de sus padres para el descanso.

Todo parecía tan vacío, desde que Jimin se marchó, la casa se había vuelto muda. Ya no había risas o juegos tontos, no había noches de pelis o carcajadas a media noche. No habían pijamadas organizadas por el de mejillas regordetas. Se había llevado toda la alegría consigo.

Yoongi sacó su teléfono de su abrigo y marcó el número de Jimin. Espero lo que le pareció una eternidad, hasta que le envió al buzón de voz.

- Jimin por un demonio, responde mis llamadas. Dime donde estás- habló con rabia, dejando un mensaje para el rubio.

Se quedó en silencio, hasta que se acabó el tiempo para grabar más. Volvió a suspirar, sin ánimos de nada. Tomo las bebidas que había traído y se dirigió primero a la habitación  de Jin. Toco la puerta  y dejo las galletas y el chocolate frente a la puerta.

Luego fue por Nam. Estaba en el estudio, usaba audífonos así que entro con cuidado y dejo la bebida y las galletas sobre la mesa del estudio.

Hobi aún no se encontraba en casa así que lo guardó todo para cuando volviera. Al llegar a la habitación de Tae, justo cuando estaba apunto de tocar la puerta, escuchó un estruendo y el sonido de la gruesa voz del chico.

Sin esperar un segundo más, abrió la puerta y entró sin avisar. La estancia estaba completamente oscura, Yoongi espero que sus ojos se acostumbraran a la escasa luz y trato de encontar a Tae en la penumbra, pero solo cuando escucho un sollozo fue que le distingío echo un ovillo en la esquina de la habitación.

- Hyung, lo llamé tantas veces. Pero no contesta- murmuró con voz ronca para luego sorber por la nariz- Lo extraño tanto...

Yoongi se quedó allí en silencio, estuvo tratando tan duro de no quebrarse durante los últimos meses, que sentía la ira y la tristeza construirse otra vez. Cada que miraba a Tae llorar, le recordaba cuán unidos eran y sus risas fundirse en una sola mientras hacían tonto en la sala de estar. Taehyun era el vivo recuerdo de Jimin, y escucharle le hacía hervir la sangre a Yoongi.

- No lo busques, sabes que no te va a contestar ni siquiera por qué eres su mejor amigo - la voz fría de Yoongo hizo que el chico de cabellos castaños fijara su mirada de ojos hinchados sobre el- Es un egoísta que ni siquiera puede avisar donde demonios está. Deja de llamarle. Yo me encargaré de encontrarle.

He's Gone [YM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora