- FANNY -
Por lo que sabía gracias a Jake, Dylan había pasado la noche con Megan. Eso sí que era algo completamente nuevo, no sabía cómo había hecho el chico para pasar por las barreras de la rubia y su madre.
Meg abrazó a Jaky ni bien abrió la puerta y se dio cuenta que eran ellos. Jake por su parte reaccionó algo tarde por la sorpresa, pero terminó por rodearla con sus brazos.
— ¿Ella está bien? ¿Realmente bien? — Preguntó Meg, su voz sonó ahogada por tener su cabeza enterrada en el cuerpo de Jake.
— Está bien, está aquí con nosotros. No te preocupes.
Megan lo dejó ir y sonrió. Ahora que podía verla mejor, no había mucho de aquella muchacha segura y valiente que todos estos días nos venía acompañando. Ni siquiera se había mostrado tan afectada cuando Richard se la había llevado.
Su atuendo constaba de un pantalón de chal, un suéter celeste pastel tan largo como para ocultar sus manos y sostenía su cabello por una cola de caballo despeinada.
— Vengan, pasen — Les hizo espacio para pasar por la puerta.
Jake entró primero y Dylan fue el siguiente en caminar, pero se detuvo junto a ella para abrazarla y robarle un beso bastante íntimo pero fugaz. Uno de esos que enviaba fuerza y cariño.
Me apresuré a caminar hacia adentro, Jake saludaba a una mujer algunos años mayor que Meg pero bastante joven en comparación a mis padres y a los padres de los chicos. Era tal cual la hija, rubia y ojos marrones con esa figura con caderas curvas y de buena estatura.
— Es un placer conocerla señora Smith — Dijo Jake tendiendo su mano — Mi nombre es Jake Maxwell.
— Oh, por favor, me haces sentir vieja — Ella sonrió — Mi nombre es Danna, puedes llamarme así.
— Lo haré.
Danna Smith miró por detrás de Jaky y le abrió los brazos al otro recién llegado. Dyl y Danna se saludaron como si se hubieran conocido hace años, la mujer lo abrazó y preguntó cómo había estado.
La cara de Megan era digna de una foto, ella parecía aburrida de la escena. Estaba claro que a Danna le había caído bastante bien Dylan.
— Todos se quedan a almorzar — Más que pregunta, sonó a una orden.
Los chicos asintieron y ella sonrió, Jake le mandó un mensaje a Tina con la ubicación y avisándole que no llegarían a comer. Tina le respondió que debían hablar de cuándo avisar de estas cosas, si antes o después de desaparecer de la casa.
Ya en la habitación de Megan no pude evitar observar todo impresionada. Uno hubiera pensado que la rubia mantenía cada uno de los aspectos de su vida en constante orden, desde sus tareas, la taquilla en la escuela hasta su habitación. La realidad era una mucho más espeluznante.
Había pilones de diarios escolares amontonados junto a la puerta, al lado del armario. Las puertas del mueble estaban cerradas, pero apostarían que la ropa acomodada no era algo de su fuerte tampoco. Había algunos zapatos apilados al lado de la cama, papeles y libros de texto sobre las sábanas sin acomodar. Un escritorio con una laptop decorada en stickers de series famosas, la mayoría sobre detectives o misterios. Había latas decoradas en un estante, justo arriba del escritorio, bastante infantiles y llenas de lápices, lapiceras y fibrones.
Lo que más destacaba del lugar era la enorme pizarra de corcho que colgaba en una pared, al principio pensaba que medía lo que el gran ventanal en otra de sus paredes. Pero después me di cuenta de que estaba todo tan repleto de papeles, fotos y cintas de colores que se perdía dónde el corcho finalizaba y la pared se veía.
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¿Puedes verme?
Paranormal[LIBRO ÚNICO Y COMPLETO] Jake Maxwell se muda a una casa vieja de Sebring con su familia. Un accidente automovilístico hará que su corazón se detenga por unos minutos y, entonces, cuando vuelva a casa... ella estará allí. El fantasma de la suicida F...