único

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Era el ser más hermoso que haya podido ver, lo quería para el solo y no le importaba sus diferencias el lo quería y su lobo estaba de acuerdo el problema no radicaba en ello, si no más bien en que el era un alfa puro, y alfa con alfa no va, por ello poner sus ojos en el alfa más codiciado era un error, en si cualquiera incluso siendo beta u Omega, pues aquel alfa había rechazado a casi toda la universidad según los rumores, así que la probabilidad de que Jungkook logrará gustarle eran mínimas, y el tampoco ayudaba, el también era codiciado a pesar de no saberlo, su cuerpo y su rostro le deban el puesto pero sin duda su actitud lo dejaba fuera, era tímido, demaciado tímido, se ponía incómodo muy fácilmente y para ocultar los nervios una máscara de indiferencia lo acompañaba siempre, por ello para los demás era muy difícil acercarse y los pocos que se atrevían era directamente rechazados con un " no me interesa" tan frío que sentían como les calaba en la piel y las y los valientes que se atrevían a confesarse recivían una mueca de asco y un cruel "tu aroma me asquea" así que realmente era imposible hablar con el, incluso los maestros se veían intimidados con su rostro serio y ni hablar de cuando fruncía el seño sin duda eran totalmente opuestos, mientras Jungkook era antipático, tímido, antisocial y un aspecto de soy un maldito y voy a romperte el culo si me hablas, Taehyung aquel precioso alfa puro era todo lo contrario, amable, servicial, risueño y extremadamente sociable, aunque era amigo de mucha gente nadie tenía la fortuna de ser algo más que eso, un amigo y sin duda Jungkook no creía que el fuera el afortunado por qué vamos el no estaba a la altura de tal alfa y menos siendo uno, la más probable es que ya tuviera un hermoso Omega a su lado, alguien suave, delicado y perfecto, no un alfa robusto arisco antisocial y tímido. El jamás podría competir por ese alfa, así que se limitaba a verlo de lejos, si había algo que Jungkook adorara de Taehyung sin duda era su sonrisa eso fue lo que le llamo la atención en primer lugar, así que tenía bastantes fotos de el sonriendo. Llamelo acosador.

Jungkook aveces desearía ser un Omega o incluso un beta, al menos así tendría más oportunidades pero no, esa era su realidad, un alfa y no podría cambiar eso ni aunque lo deseara.

Por ello aveces se preguntaba cómo fue que su lobo quedó prendado de Taehyung por qué obviamente sería sometido por el y a su lobo parecía encantarle, quería complacerlo y mostrarle el cuello, una actitud totalmente fuera de la normal en su naturaleza de alfa, incluso creyó que tal vez se había equivocado al momento de presentarse y solo era un Omega muy arisco, con esa esperanza fue al médico no explico nada, solo dijo que le hicieran los análisis, nadie se atrevió a preguntar por qué, simplemente obedecieron, para cuando estos llegaron a su apartamento, estaba muy nervioso, la ilusión de ser un Omega era tan grande pero al abrir los resultados gruesas lágrimas rodaron por sus mejillas, la desilusión carcomiendole y una profunda tristeza lo inundó que terminó todo el fin de semana llorando, para cuando llegó el lunes su aroma era tan agrio que repelía a todos, sus ojeras estaban más marcadas que nunca y aunque Jungkook no lo notará cierto alfa lo miraba con preocupación marcada en esos hermosos ojos de almendra, pero por supuesto Jungkook estába tan triste que estubo evitando totalmente al alfa, no quería verle, sentía que al hacerlo se pondría a llorar al recordar que era un maldito alfa, por ello se escondió durante todo el mes en la azotea en lugar de estar debajo de aquel árbol donde fingía leer para poder ver a Taehyung.

Y así transcurrió un mes, regresando al punto de partida, algo curioso es que solo Taehyung provocaba esa actitud sumisa pues con cualquier otro alfa su lobo era tan dominante que enevitablemente chocaban, y vaya que lo intento con muchos alfas pero ninguno hizo que su lobo mostrará el cuello, aquello lo frustraba pues no quería aquello, quería dejar de querer a Taehyung, quería regresar a ser aquel alfa arisco y tímido sin enamoramientos tontos que lo hacían sufrir, simplemente se arrepentía de haber puesto sus ojos en aquella hermosa sonrisa cuadrada.

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