Uno

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Corría por la acera, se me había hecho tarde, mi corazón latía a mil por hora, y pensar que era el primer día de clases. Mi madre me mataría si supiera iba tarde, cuando llegué a la escuela me detuve al ver las puertas del gimnasio.

- ¡Espárragos! Llegaré tarde - me quejé dando pisotones en el suelo, estaba haciendo un berrinche pero no gritaba solo me quejaba a voz media.

Me recargue en la pared del gimnasio y solté mi bolsa dejándolo caer en el suelo, solté un suspiro sintiendo que al fin podría respirar bien. Miré mi reflejo en una de las ventanas frente del gimnasio, mi cabello rosa estaba despeinado, mi cara estaba todavía sonrojada. Me acomode el cabello en una coleta alta, me senté junto mi bolsa para esperar a que se acabara la ceremonia.

Pasaron unos minutos y miré a dos chico que hacían mucho contraste uno era muy alto y el otro era de mi altura, ellos se detienen de golpe al verme.

- ¿Qué haces aquí? - pregunta el albino, ambos me miraron de manera interrogante.

- Llegué tarde a la ceremonia y si abren la puerta todos lo notarán - dije con una mueca de disgusto. Todavía me sentía molesta.

- Mi madre va a asesinar me - dice el chico alto.

- Eso es genial, al menos tendré un conocido en el otro mundo - bromeo mientras sonrio, el chico suelta una carcajada.

- ¿Cómo te llamas? - me tiende una mano para levantarme. La tomo y le levanto.

- Soy ___ Kitano, y ¿tú? - solté su mano. Ambos chicos tenían una sonrisa.

- Soy Josuke Higashikata - empuja al chico bajito adelante ya que parecía esconderse detrás - Él es Koichi, saluda.

- Hola, soy Koichi Hirose - el chico parecía ser muy tímido.

- ¿Y ustedes por qué llegaron tarde? - me daba curiosidad ya que ambos llegaron algo despeinados, y con una ligera capa de sudor, parecía que habían corrido hacia la escuela.

- La historia es algo bizarra en el sentido anglosajón de la palabra - Josuke se pone la mano en la nuca con algo de incomodidad, su sonrisa también demostraba que el tema podría ser algo complicado.

- ¿Y tú? - pregunta con interés el bajito.

- Yo... Me quedé dormida - dije sintiendo vergüenza de lo perezosa que era.

Para hacer aún más incómoda la situación mi estómago comienza a rugir, tenía hambre porque no tuve tiempo de desayunar, lo bueno es que desde ayer tenía mi almuerzo listo. Ambos chicos me miran, siento que mi cara se pone rosada, desvio la vista para evitar las miradas curiosas.

- Ugh... - quería esconder mi rostro. Ojalá que la tierra me trague.

- ¿Y si vamos a desayunar en lo que se termina la ceremonia? - dice el albino para romper el hielo, lo cual agradecí.

- Suena bien - responde el más alto.

- Vamos ___ - me anima el albino. Tomo mi bolsa, caminamos hasta un Owson yo compré un par de onegiris y un té. Ellos llevaban galletas y café, nos sentamos fuera del gimnasio.

Al ser la hora de salir, fui a una tienda para comprar helado ya que el día de hoy imaginaba que fuera perfecto, pero no salió como pensaba, durante el camino iba tranquila, yo estaba indecisa entre los sabores de helado, no sabía si comprar helad...

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Al ser la hora de salir, fui a una tienda para comprar helado ya que el día de hoy imaginaba que fuera perfecto, pero no salió como pensaba, durante el camino iba tranquila, yo estaba indecisa entre los sabores de helado, no sabía si comprar helado de matcha o de vainilla.

- Creo que debería elegir el de matcha... - murmuró en voz baja, tomo el helado para llevarlo a la caja miro a un hombre amenazando a la joven cajera, él sujeto parecía que había robado el dinero de la caja registradora.

- ¡Ahhh! - grito la asustada cajera, yo por el susto solté el bote de helado, eso rompió el silencio que reinaba el lugar. Él sujeto me miró con una sonrisa maliciosa, yo me asusté ya que tenía un aura oscura.

- ¡Ven acá! - exige el hombre, con pasos cortos y lentos caminaba, sentía que mis piernas temblaban. Al acercarme suelta a la cajera.

- No me lastime - pedí levantando mis manos mostrando que no tenía nada en ellas. Sentía que estaban sudando. El ruido de las sirenas policíacas se hacía presente dando un poco de alivio pero inquietud en el delincuente.

- Tu me sirves más que esta - el hombre toma mis manos para ponerlas en la espalda, apretaba mis muñecas con bastante fuerza a pesar de que solo utilizaba una mano, su arma la pone pegada a mi cuello, lo que me hizo tragar saliva de manera fuerte.

- Duele - me quejé sin forcejear.

- Camina - me hizo avanzar hacia la puerta donde unos policías pedían que saliera, estábamos frente a la puerta había una gran cantidad de personas mirando la escena.

- Señor, suelte a la colegiala - pide un policía con un megáfono.

- ¡Aléjese! Me subiré al auto - los policías mantenían a las personas a margen. Entre la gente logré mirar a los chicos que conocí durante la mañana, ellos parecían preocupados.

- Josuke ¿qué haces? - grita el chico al ver que Josuke se acercaba a donde yo estaba.

- Detente - le piden los oficiales.

- ¿Q-quién eres? - pregunta el sujeto con algo de nerviosismo - ¡Si no te alejas la voy a apuñalar!

- Chico tienes que alejarte, va perder la cabeza - uno de los policías trataban de llamar la atención del chico que hacía que mi vida corriera peligro, siento que el filo del cuchillo pasa cerca de mi cuello. Mi corazón saltaba y la adrenalina pasaba por mi sangre, un par de lágrimas se escaparon de mis ojos.

Y pensar que todo esto ocurrió por levantarme tarde, si hubiera sido más precavida con la alarma me hubiera evitado esto. ¿Y si es mi fin? Nunca amé a nadie, no me casé, no tuve hijos y mi madre quedará destrozada, soy su única hija, no verá a sus nietos ni a su hija casada, es más ni he tenido novio, que aburrida fui mi vida.

Cerré mis ojos con fuerza esperando a que todo esto acabara, por un momento dejé de escuchar las cosas, al abrir los ojos miré que todo pasaba en cámara lenta.

Sentí un golpe en mi abdomen, pero de golpe todo estaba bien, el sujeto me había soltado. Deje caer mi piso en mis rodillas, volví a escuchar y todo pasaba a velocidad normal, miré mis manos y mis muñecas las cuales estaban irritadas por el agarré. Sonreí por el alivio, el chico que estaba delante mío me tiende la mano.

- ¿Te encuentras bien? - al levantarme sentía mis piernas un poco débiles, Josuke nota eso y por ello toma mi cintura para no dejarme caer, yo tenía mis manos en su cuello, esto era raro ya que mi corazón latía a mil por hora pero no sabia si era por lo que acababa de pasar o por el agarre de Josuke, yo lo miro a los ojos para encontrarme con esos ojos azules que me recordaban a un río o una cascada, que podría ser algo relajante.

- Sí, estoy bien - tragué saliva - Muchas gracias...

- Me alegra que estés bien - sin pensar lo abrazo y oculto mi cara en su pecho, soltaba un par de lágrimas que hicieron que su uniforme se humedezca. Logré oler un aroma a colonia masculina, era agradable estar así, me sentía a salvo, protegida. Pese a esta emoción fuerte, esta fue una relajante y apaciguante

- Josuke, muchas gracias - seguia abrazandolo, este y yo nos quedamos así más tiempo, parecía ser muy empático porque no se quejó de que una chica que apenas conoció hoy le abrazara.

- Esta bien, no tienes porque agradecer - su mano va a mi cabeza, la acaricia con delicadeza, lo que me hacía sentir mejor.

💮💮💮

Espero que les haya gustado este comienzo de otro fanfic de Jojo's, creo que amo la cuarta parte porque se me ocurrió otro.

Comenten si gustan, me gusta leer los comentarios que ponen en mis historias, alegran mis días^^

TE QUIERO JOJO [Josuke Y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora