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Aida

Odio los lunes. Si los odio ¿Por qué? Porque siempre me tengo que levantar temprano y además , ir a una escuela donde no me siento bien. Por eso simple hecho de ser diferente a los demás. Me he preguntado muchas veces ¿Qué tengo?. Tanto que llegue hasta al punto de casi odiarme a mí misma.

Hasta qué en un momento me di cuenta que hasta con mi piel de colores era hermosa y realmente lo que importa es que tenga buen corazón , si los demás no son lo suficientemente buenos para verlos , que se jodan.

Me digo mentalmente mientras me cambio a mí uniforme , normalmente uno puede ir como deseé pero por ahora como es el los primeros días , hay que respetar el código del colegio.

—¡Hija!—me llama mi madre. Karina ;una hermosa mujer , ella no padece vitíligo.

—¡Voy!—le respondo mientas bajo las escaleras.

Al llegar a la cocina está ella , tan hermosa como siempre esperándome con una sonrisa.

Me acerco a saludarla. —Hola , mami—

—Hola , mi niña ¿Cómo amaneciste?— dice mientras me da un beso en ambas mejillas.

Me sonrojo ante los besos , siempre ha sido así —Bien , preparandome mentalmente para lo qué viene—

—Sabes que si te causa mucho problema esa escuela te cambio a otra, ese no es problema—

—No es eso , es que quiero sentir que pertenezco a algún lado , además tiene una biblioteca muy linda , mami.—

—De acuerdo— me dice luego de un suspiro, no le gusta mi idea ella quiere cambiarme de escuela—pero si en algún momento sientes que te ahogas , házmelo saber—me dice mientras me vuelve a abrazar—

Se preguntarán por mi papá ¿Cierto?. Pues el simplemente no existe , se fue apenas supo que había nacido con vitíligo. ¿Por qué? Porque le daba vergüenza tener una hija "especial". Mi mamá lo ha estado haciendo todo desde entonces , por eso ella es lo que más amo en el mundo y gracias a ella estoy donde estoy. Ella me enseñó a ver mi enfermedad como algo bonito y único. Sinceramente , no sé que sería mi vida sin ella.

¿Amigos? No tengo. En el colegio me conocen como "la manchada".

Miro mi reloj y veo que son las 6:00 am y me tengo que ir ya , si no quiero perder la primera clase.

Me acerco a mí mamá para darle un beso y un abrazo —te amo mamá , deséame suerte.— ella me sonríe como si comprendiera todo.

—Te amo más , mi niña—

Le sonrió y salgo de mi casa.

Voy caminando hasta la parada de autobús y cuando llegó , espero que llegue. Llega a los 4 minutos de haber estado ahí y subo. Al subir veo que mucha gente me queda mirando por mi condición , pero no les hago caso , simplemente indiferencia , indiferencia.....me repito en mi mente , para no caer.

Así transcurre todo el camino hasta que llegó a la escuela , me bajo y todo está normal , hasta que llegó a los pasillos de clases.

Cómo supuse.

Apenas llegó , todos se me quedan mirando como si fuera un bicho raro y en sí , soy lo eso. Pero no me importa.

Camino ignorando las miradas de burla y desprecio dirigidas hacia mí. Y mientras tanto espero que suene la campana para dirigirme a mí salón , aunque sinceramente no me apetece estar en un salón donde tienes que estar pendiente de que no traten de hacer algo.

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2020 ⏰

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La chica de coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora