Ser Rescatado...

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"Te amo… maldito nerd…" 

Lentamente, con algo de dificultad empezó a abrir los ojos, palabras residuales de una confesión final resonaban en su mente, como un mantra, una verdad absoluta y una despedida cargada de sentimientos varios. 

Un cuarto blanco se pinta ante sus ojos, un piso de cerámica y un muro de baldosas, un gran televisor anclado a la pared cerca de una puerta metálica negra, una única silla de madera negra descansa en una de las esquinas y un control remoto sobre esta. 

Arruga el entrecejo, confundido y desorientado, trata de mover su cuerpo pero no le es posible, gruesas cadenas sostienen sus brazos levantados tras su espalda, de rodillas en el frío piso sus piernas estaban igual de inmovilizadas y su torso era sujetado por un par de cables que evitaban que cayera de cara al suelo. 

Por un segundo no entiende nada de su situación, hasta que la realización le llega como un rayo a su cabeza. Revive las imágenes del pasado y una furia fría le invade el cuerpo, para luego ser reemplazada por una profunda tristeza que llena sus ojos de lágrimas. 

"Te amo… maldito nerd…" 

La imagen de un Bakugō agonizante perfora su mente, la determinación de su amigo de la infancia de ser un sacrificio, su desesperanza y sus ganas de maldecir al mundo entero por haber permitido semejante injusticia en su vida plasmada en sus ojos rojizos. 

Grita, llora y suplica que aquello no fuese real, que ese recuerdo no sea más que una broma, el juego de un villano con la habilidad de alterar los recuerdos, pero en el fondo sabe que todo fue real. 

—Kacchan… —susurra el nombre de aquel a quien ama con todo su corazón, con cada célula de su cuerpo. 

Su pecho arde con un dolor y una ira casi inhumana, quiere liberarse y buscar al desgraciado que destruyó todo lo que en su vida le importaba, sus amigos y a quien amaba, lo buscaría y lo destruiría, lo haría suplicar piedad, la cárcel no es una pena justa para un bastardo como él. 

Sin pensarlo activa el One For All para romper sus ataduras, pero nada más empezar una fuerte descarga eléctrica pasa a través de las cadenas y cable golpeando su cuerpo con fuerza, haciéndolo gritar de dolor. 

Tras un segundo la electricidad se detiene, de su cuerpo sale humo y su cabeza queda aturdida por un minuto entero.

Al parecer se tomaron la molestia de neutralizar su quirk desde cualquier ángulo posible, escapar parecía imposible. 

Unos murmullos provenientes de la puerta le ponen en alerta, parece ser alguien discutiendo con otra persona y antes de poder especular quién podría ser la puerta se abre dejando ver a su captor. 

—… ¡Mira, no me importa tu maldita opinión… —Kaminari camina dentro de la habitación con un celular en su oreja, mira de reojo a Midoriya sonriendo con malicia, para luego dirigir nuevamente su atención al aparato, volviendo a parecer molesto —… actúa como un maldito villano de verdad por una vez en tu vida! —una pausa y un bufido después y una desagradable mueca de burla contorsiona su rostro —¡Escucha bien Monoma, son ellos o es tu familia… tu decides! —cortó la llamada con un suspiro de agotamiento. 

Pasa su mano por su cara, acaricia suavemente el par de parches que cubren su mejilla izquierda, barbilla y frente, observa el celular por unos segundos más antes de guardarlo en el bolsillo de su pantalón y se gira para observar al peliverde con una sonrisa socarrona. 

—Hey Midoriya, me alegra que despertaras, me estaba empezando a preocupar —dice acercándose al pecoso y acariciar amigablemente su cabello con su mano —, has estado inconsciente por dos días. 

God Of DisasterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora