星 - The stars; Kagehina

Capítulo único

Lo extrañaba.

Lo necesitaba.

Kageyama

Molesto, esa era la definición de como me encontraba justo ahora, habían cosas que se aceptaban pero también había límites y este era uno de ellos.

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Me encontraba caminando en plena noche por la calle y en ese vagar de pensamientos no podía de dejar de pensar en esa cabellera naranja que tan mal me tenía. Después de nuestra última discusión no me sentía bien, estaba frustrado y dolido. Joder dolía como el infierno estar distanciados. Estaba aún molesto y las ganas de golpear algo no se iban, necesitaba calmarme y la única persona que lo conseguía estaba muy lejos de mí, todo era muy patético.

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Estaba  d e s e s p e r a d o, si, esa era la palabra. Después de dos días donde no podía pegar un ojo, senté cabeza y asumí un poco de culpa ante mi acto con Hinata, no fue la mejor manera de solucionar algo que, en realidad, aún no está solucionado. Pero ahora que necesitaba hablar con Hinata no lo encontraba en ningún lado.

Abrí la puerta del café donde trabajaba Hinata y para mi mala suerte no se encontraba ahí, hablé con unas de las dueñas del lugar y casi me desmayo ante su respuesta.

-Oh Tobio, disculpa pero Hinata no ha venido a trabajar desde hace dos días porque esta en el hospital.- Me sentí palidecer ante esa respuesta.

-¿Cómo que está en el hospital?- Debía verme muy preocupado porque la señora me miró realmente atónita.

-Hinata hace dos días tuvo uno de esos ataques de ansiedad y se veía tan mal que apenas llego aquí se desmayó, no dudé y lo mandé directo al hospital.-

Mi corazón dolía "Ataque de ansiedad" era lo único que resonaba en mi cabeza, él tenía mucho tiempo sin tener uno de esos ataques y si ese ataque fue por mi culpa me sentiría mucho peor.

Le agradecí  y salí corriendo directamente al hospital, al llegar, desesperado, pregunté urgente por Shoyo Hinata.

-Digame en que habitación se encuentra. Suplique.

-Digame su nombre por favor y ¿es algún familiar del chico?-

-Soy Kageyama Tobio... Soy su novio- Dije al final con un poco de duda ante esa palabra.

La chica buscó en el computador unos segundos y su cara de decepción se grabó en mí.

-Señor, Hinata Shoyo fue dado de alta esta mañana.- Maldije para mis adentros y salí de ese hospital desesperado, debía arreglar toda esta situación.

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Creo que voy a llorar, estaba a nada de hacerlo, no lo encontraba, llevaba varias horas buscándolo y no lo hallaba por ningún lado, y sus amigos no tenían idea de donde estaba o simplemente no quisieron decirme. Ya era de noche, y el frío de invierno se sentía, a Hinata no le gustaba el frío. ¿Estará bien ahora? Era en lo único que podía pensar.

Mientras seguía caminando me sentía muy frustrado, desesperado y cansado pero no quería rendirme, debía hallar a Hinata.

Muchas preguntas venían a mi mente, "¿Habrá comido?" "¿Se habrá ido de la ciudad?" "¿Me extraña?".  Tantas preguntas y todas ellas sin respuesta. Estaba desesperado, ya no tenía dónde buscar.

Suspire viendo el cielo, era una bonita noche, llena de estrellas resplandecientes.

Sonreí triste. "¿Dónde estás Hinata?" Y justo ahí lo supe, vi una estrella fugaz pasar y ya sabía donde estaba, me golpee mentalmente por no haber pensando en ese lugar desde un principio.

Corrí, corrí desesperado hasta llegar a aquel parque viejo y abandonado, entré  buscándolo y sentí una paz gigante al verlo ahí acostado en el césped.

Lo extrañé.

-¡Hinata!- Grité y corrí en su busca, él al verme se quedo tieso pero no dudó en levantarse.

Lo abracé, lo abracé muy fuerte y sin ganas de soltarlo.

-Tobio- Dijo en un sollozo.

-Estoy aquí Hinata, ya estoy aquí-  Aún abrazados le acaricie la cabeza dando suaves masajes.

-Perdoname Tobio yo no quise...-  Lo besé, no podía seguir así, no podía seguir oyendo aquello que nos causo estar así.

El beso fue suave, dulce y algo salado por las lagrimas de Hinata, extrañaba sus besos, Dios extrañaba todo de él, su piel tan suave, sus hermosos ojos que siempre me veían con ese brillo espectacular que tenía, extrañaba su aroma, su tacto, extrañaba cada parte de él.

Nos separamos y lo miré a los ojos

-Hinata no te preocupes ya por eso, también fue mi culpa, no debí tomar esas actitudes contigo por muy molesto que estuviera, no pienses más en eso por favor- Susurre y besé su frente, él sonrió y asintió.

-Esta bien Tobio- Me robó un beso. Sonreí ante su acto.

-Te extrañé mucho- Solté viendolo directamente a los ojos.

-Yo también te extrañé Tobio, te extrañé bastante-

-Promete que no vamos a volver a pelear así-

-Lo prometo y prometo comportarme mucho mejor.-

-Tu estás bien Hinata, y ahora vamos a casa ¿sí? Debes explicarme porqué estabas en el hospital- Me miró sorprendido, dudo que haya pensado que sabía de eso. Pero me sonrió y asintió.

-Y tu me dirás como me encontraste- Me apretó la mano suavemente.

-Fue difícil pero al ver las estrellas me acordé de ése día, donde nos conocimos, en un día así de estrellado ¿te acuerdas?-

-Claro que me acuerdo, por eso estoy aquí- Le jale del brazo haciendo que parara su caminar.

-Oye Hinata- Me miraba curioso

-¿Si?-

-Te amo.- Solté y vi sus ojos brillar otra vez, saltando como un bebé sobre mis brazos y llenándome de besos.

-También te amo Tobio.- Fue lo último que dijo antes de juntar sus labios con los míos.

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