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¿Les cuento un secreto? Se dice que en primavera el amor florece.
Pero no en mi caso, yo ya llevaba tres primaveras tratando de enamorarme de mi esposo y me resulta imposible.

Junhui vendría dentro de una hora y me pidió porfavor que tenga todo listo ya que siempre suelo tardar mucho. Estaba caminando semidesnuda por todo el penthouse y me reprochaba mentalmente el echo de no poder encontrar un buen vestido para ponerme.

Eran las tres en punto y me encontraba sentada en el sillón de la sala, ahora tenía puesto un vestido floreado, que combinaba con las flores primaverales.

Los canales en aire no ofrecían nada divertido para ver y me resultó cansador seguir esperando.
Escuche unos pasos y vi a Jun apresurarse hacia mi, me beso. Se sentía que estaba emocionado.
De verdad traté, pero no sentí nada con ese beso y la culpa volvía, una y otra vez.

"Wen Junhui" repitió como tantas otras veces su nombre, ahora al recepcionista. A eso le presté atención, desde lejos.
Me encontraba parada, esperandolo y jugando con mis anillos que sobresalían de mis largos guantes negros.
Ser esposa de un multimillonario es cansador. Y ser multimillonaria es aún peor.

Recuerdo el día que mi madre me aviso de mi compromiso, de una unión empresarial.
Él se veía agradable y yo debía ponerme un costoso vestido de los que fabricaba la empresa familiar.

Ese día vestía de blanco, con un par de flores en el cabello. Mi hermano apresó mi brazo y susurró un "te quiero" para llevarme al altar.
Creo que él es la único familiar que realmente se interesó por conocerme y aceptar mi forma de ser.

La noche de bodas fue un total desastre, pero termino siendo divertida. Al pasar los días y los meses, él se ocupo de trabajar y yo de salir con mis amigas y modelar para la empresa, así que no se si conversábamos mucho.
Al fin y al cabo la "hermandad" China de las empresas mas importantes seguía en pie por sus sucesores y así debía ser.

Él agarró mi mano y la entrelazó con la suya para darme el recorrido de mi vida, por la nueva instalación que iba a comprar.

Yo tenía pensando una nueva campaña de modelaje, con gente de muchas nacionalidades. Iba a romper estereotipos.
Y podría hacer realidad mis deseos de ayudar a gente sin hogar...y contaba con las pequeñas, muy pequeñas contribuciones de mi madre.

-Elegí la que mas te guste- sonrió mi marido y le dediqué una falsa sonrisa que salió mas como una mueca, de todas formas no lo notó.

Quite mis lentes de sol y miré todas las vitrinas, llenas de tiaras y diademas.
Era aterrador pasar todo el día comprando, pero no me molestaba.

Unos días después decidí salir a pasear con Tzuyu, mi mejor amiga.

Nos sentamos en una mesa de un lujoso café bar y mientras reíamos vino un mozo a atendernos.
Unos batidos elegantes y unas lindas charlas salían de nuestras bocas, hasta que un ruido nos distrajo.

Uno de los empleados se había  lastimado y caído al suelo. Tirando un café a la camisa de un señor que le gritó toda clase de palabrerias. Llamando la atención de todos los clientes.

La puerta de la llamada recepción dio un vaivén y de ahí salió una chica con un blazer tipo vestido negro.

Con una cara seria fue hasta el señor y pidió disculpas, como odiaba las políticas de los negociantes. ¡Nunca querían pelear! Pero, era necesario para que no los demandara.
El señor se puso histerico y varios comentarios machistas salieron de su boca, al ver que la encargada no era un hombre.
Por lo que veo la gerenta se quedo en su lugar y ayudó al mesero. Convenció al señor diciendo que pagarían su lavandería.

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⏰ Última actualización: May 30, 2020 ⏰

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