❝i can see it in your face,
you don't think i've pulled my weight,
maybe it's time for us to say goodbye.❞
Jude y Henry están en la cima de sus carreras. Se aman, pero quizá no lo suficiente.
✶ONE SHOT.
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❝i'm feelin' the way that i'm feeling i'm feeling with you, i stare at the girl in the mirror, she talks to me too, i'm not having fun tonight.❞
{.⋅ ✯ ⋅.}
Mirando el reloj en el otro lado de la habitación, dejé salir un suspiro. Un nudo en la garganta amenazaba con deltarme, con explotar, para que mis lagrimas corrieran sobre mis mejillas. No, no podía hacerlo. Era estúpido. Aún seguía lamentándome, pero, tenía que salir de aquí.
Debía irme. Esa era mi última prueba, y al parecer fallé. Henry también falló. Me dolía tanto ver el apartamento. No había cambiado en nada, la única que cambiaría sería yo. Estaba decidido, no podía cambiar a unos pocos minutos de mi vuelo. Nos dimos un final, todo estaba bien... ¿No? Entonces, ¿por qué me torturaba tanto?
Mi mano se hizo un puño, tanto que pensé que la sangre no tardaría en salir. El anillo me molestaba. Quise reír, hace años Henry me había obsequiado esa reliquia para mi cumpleaños. Nunca me la quitaba, y al parecer este tampoco sería el momento en el que la dejaría ir. No lo dejaría ir.
Pero tenía que hacerlo. Respiré profundamente, y acomodándome el abrigo, tomé mis maletas. Afuera del edificio, el taxi aún seguía esperando por mí. Mientras caminaba en el pasillo y bajaba el ascensor, me sentí un poco vacía. Sin embargo, fui fuerte, no lloré. Sabía que era un nuevo paso en mi vida profesional, al menos eso me consolaba.
{.⋅ ✯ ⋅.}
Quince días antes
Desde lejos, vi a Henry en la alfombra. Nerviosamente, frotaba mis manos. Los fotógrafos no dejaban de gritar su nombre, y una sonrisa se formó en mis labios. Estaba orgullosa de él.
—¡Henry!—un reportero gritó—. ¿Cómo vas con Jude? ¿Hay planes de boda?
Esto le hizo soltar una pequeña risa y de inmediato sentí mis mejillas coloradas.
—Aún estamos discutiendo eso—respondió con gracia.
Los fotógrafos no tardaron en enfocarme, estaba casi afuera de la alfombra, pero las luces de las cámaras se abalanzaron sobre mí. Henry pozó sus ojos sobre mí, y caminó hasta ofrecerme su mano, a pesar de que ya había posado para ellos. Nerviosamente, la tomé y me atrajo hacia él en la alfombra. A pesar de los años que llevábamos juntos, su mano en mi cintura aún hacía que mi corazón saltara.
Al ver su sonrisa y sus bellos ojos azules posados sobre mí, no pude hacer más que reír por lo bajo. Amaba su calidez, su tacto, y cómo sus labios tocaron mi mejilla suavemente. Los reporteros y fotógrafos se volvieron locos a nuestro alrededor. Cuánto deseaba que ese momento durara una eternidad, quería congelar el tiempo en ese instante; que todo fuera perfecto. Pero era imposible.
