Mujer de pestañeo coqueto,
impregnada de aromas distintos.
Llena de secretos en el diurno sol,
del silencio de noches permeables.
Y cuando llega el alba,
rezas una alabanza matutina,
callando tu arrepentimiento vano
Eres arte al estar desnuda
remarcas la sublime huella
de la sensualidad liberada
Yo te veo de lejos,
Pienso, pienso y pienso,
Inquieto pensamiento,
gozo y penas infernales,
quietud de mis hechos.
Un diluvio de perdicion
por mujeres de alabrastro.
Eso gano por ser santo,
diablo y jugar al acecho
Prefiero castigo e infierno,
Ser egocentrico y veloz en mi hecho
Ser mancha en el manto blanco
y estatua de sal con centro de caramelo
Tiritan esa manos quedas
con la voz del amado.
Mujer, hombre y romance,
eclipsando los sentidos,
abrazando los nervios.
El tacto corrompe mi volutad,
el deseo es un manjar de dioses.
El placer tiene nombre
Y con el tiempo se convierte
El placer es un delincuente
Este siempre se convierte:
En castigo de mendigos
que acarician virgenes,
por 10 chelines.
Es el Eden de los listos,
dolor de los amantes,
inpiracion de romanticos,
simetrica union de almas pares
Gloriosa idea que inspira a hablar,
a callar, a ceder y a dejar.
Palpitar magico e inesperado,
que al costado representa
solo una daga envenenada.
Placer es el genesis del cambio,
el exodo, complejos exesos,
purga y arrepentimientos
Ahora sabes el significado
que yo le doy, mujer.
Placer y pecado no van de mano
Solo tú crees en el pecado.
Con café o vino a un lado
prefiero dormir ambos
tumbados en el lecho
ahogarme en tu cuerpo.
Si mi habladuria te convence,
pecar mucho de rato en rato.
Y luego sabre si tienes
un corazón helado
O si yo me quedo helado
con tu amor y encanto
Limpia la lagrima mustia.
Mujer gris, deja la plegaria
toma vino y apaga tu aura.
Con tu voluntad magra
acepta tu sensualidad.
Vive un milenio con verdor
en los abrazos del poeta,
del hombre que te da su amor
