El inicio del todo y el final del mismo

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Siempre he tenido un gran frente de atracción hacia los colores oscuros, es algo que desde mi punto de vista, muestra pureza, elegancia y la capacidad mental de una persona.

A comienzos de los 80' tenía diecisiete años cuando ocurrió algo que cambió mi vida, por así decirlo. Estaba saliendo del cine en ese momento, me encontraba contento ya que me había divertido mucho con aquella película, que aún en días actuales es un clásico.

Al salir estuve caminando veinte metros por la avenida Smith, vi que un auto se acercaba a gran velocidad, al parecer el conductor perdió el control del automóvil, embistió a una joven frente a la mirada atónita de muchos transeúntes y entre ellos, yo; recuerdo los segundos antes en el que el automóvil embistió contra la pared a aquella joven que ese día tan trágico, llevaba una camisa negra. Algo que también recuerdo hasta el día de hoy es el rostro de aquella joven que quedó como sí fuertemente golpeado hubiese sido y todo el cuerpo muy destrozado por el tan brutal impacto.

Aquel día quedé por mucho tiempo observando la escena que tan absorto me había dejado todos los sentidos míos.

Esa noche no pude dormir, pensaba y pensaba, sentía una atracción hacia aquella escena de esa tarde, sentía una inmensa necesidad vivir nuevamente la escena, y así pase por muchos años, pensando y embriagándome, tratando de librar tales recuerdos que siempre estaban ahí y que cada vez que los recordaba, sentía tan vil y perversa presencia dentro de mi que me impulsaba a querer recrearlo.

Yacía una noche en mi apartamento, me sentía muy ansioso, me puse la chaqueta y salí hacia la calle, era eso de las doce de la mañana, estuve caminando, bebiendo vodka, el lugar oscuro se encontraba, con pocas lamparás encendidas, no tenía idea de adónde estaba yendo, durante ese trayecto me encontré una de esas mujeres que ofrecen servicios  a cambio de unos cuantos billetes, en ese momento me vino tal vil idea a la cabeza que ya no pude controlar, estaba decidido, le  hablé, la seducí y la llevé a mi apartamento.

Estuvimos haciendo el acto que no voy a profundizar con más detalles, se había quedado dormida, me levanté en ese momento, agarré la camisa negra que había comprado con anterioridad y se la puse me dijo que porque lo hacía con un tono de voz suave, amable y dulce, yo le respondí que no se preocupara, luego con las cuerdas le amarré los pies, manos y boca, pensó que de un juego masoquista se trataba.

Saqué un martillo y la comencé a golpear la cabeza, brazos y costillas, no me inmuté en ese momento y la seguí golpeando.

La deje en tal estado como la joven de aquel día, sentí como recorría dentro de mi un sentimiento de satisfacción hacia la destrozada mujer, la desaté y al día siguiente escondí el cuerpo en un ar armario para luego en las siguientes horas sacar el cadáver fuera de la ciudad.

Seguí trayendo muchas más mujeres y todas terminaban con el cruel pero satisfactorio destino que me complacía cada noche. 

una noche una de esas mujeres logró desatarse, me golpeó y se inició tal persecución en el apartamento, que un ruido muy escandaloso, generó, personas que alrededor vivían alertaron a los oficiales de esa zona, intenté huir hacia los parques oscuros donde yacen almas ya que antiguamente era un cementerio, corrí pero muy poco me duró ya que me encontraron.

Y si, ahora estoy aquí entre cuatro vomitivas paredes.



Camisa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora