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A Donghyuck le encantaba jugar a videojuegos. Sí, no era muy bueno en ellos, pero al menos lo pasaba bien. Sobre todo con los juegos online donde podía conocer a gente de muchas partes. Gracias a su novio canadiense su nivel de inglés había mejorado y lo aprovechaba en esas ocasiones.

Lo curioso es que él solo hablaba, nunca se conectaba la cámara.

¿Por qué?

Porque tenía miedo de que le juzgasen.

Al joven le gustaba vestir ropas consideradas femeninas. Le encantaban las medias, los vestidos, las faldas, la lencería... le encantaba todo ese mundo.

Pero claro, en un país como Corea del Sur eso no era visto normal por la mayoría, por lo siempre desconectaba la cámara y detrás de ella se vestía como él quería. Además de que solo lo hacía en casa y cuando estaba solo o con su novio.

—Makku... —el pelirojo salió de su cuarto para ir al salón, donde se encontraba su pareja. Se acercó y se sentó a horcajadas en su regazo, interrumpiendo su lectura—. ¿Ha llegado ya?

—Si te refieres al paquete no, todavía no.

—Jo —hizo un puchero que Mark no dudó en besarlo—. Llevo esperando casi un mes, ¿por qué tardará tanto?

Casi como una llamada, alguien llamó al timbre. El pequeño se levantó como un rayo y abrió la puerta encontrándose con el cartero. Firmó y recogió el paquete con una gran sonrisa. No tardó en abrirlo, emocionado por su nueva adquisición.

—¡Mira! —desenvolvió todo dejando ver un ratón rosa con una decoración dentro de la parte trasera, esta tenía un oso y corazones esparcidos en un líquido—. ¿No es adorable?

—Tanto como tú.

—Tengo que probarlo —se fue corriendo a su habitación, donde tenía todo su equipo gammer.

Mark lo siguió con una sonrisa por ver el contento de su pequeño. Nada le llenaba más que verle feliz.

Entró encontrándose con un emocionado Hyuck jugando al Overwatch, su juego favorito por el momento.

—Makku, siéntate —se levantó y el llamado acató su pedido, el castaño se sentó en su regazo y siguió jugando.

Al principio, Mark sacó su teléfono para navegar sin aburrirse, pero después de un rato el pequeño cuerpo de su novio se empezó a mover de manera continuada. No quería parecer un pervertido, pero sus movimientos hicieron que se excitara.

No podía evitarlo con ese trasero tan delicioso que tenía su novio, además de que el movimiento de sus caderas era hipnotizante.

El mayor miró abajo abriendo más sus piernas, viendo como el pequeño short negro le apretaba las nalgas, estaba tan apretado que se podía notar la línea del tanga que llevaba. Su miembro empezaba a levantarse y se puso un poco nervioso por ello, no quería molestar a su pequeño por sus cosas pervertidas.

—Mark... —suspiró Donghyuck sacándolo de sus pensamientos—. No me digas que te has puesto duro —soltó con una sonrisa burlona.

—Yo... lo siento...

El bajito simplemente cerró el juego y se quitó los cascos. Se levantó de la silla y se dio la vuelta para arrodillarse, quedando entre las piernas de su querido novio.

—Hyuck... —gimió el mayor cuando las pequeñas manos acariciaron su prominente bulto.

El pequeño sonrió y le bajo los pantalones de manera lenta, liberando la gran erección. No pudo evitar pasarse la lengua por los labios, babeando como si fuera un dulce.

Cutest gammer [Markhyuck]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora