Erick pov.
Joel dormía cómodamente sobre la cama, roncando como solo él lo sabe hacer. Me pare al frente de él y deje un corto beso sobre su mejilla para sobar levemente su hombro.
—Oye, despierta. —El abrió uno de sus ojos y me miro— Buenos días, cachorrito. —Musite. Él se giró hacia su lado izquierda dándome la espalda, yo reí un poco.
—No me llames así. —Murmullo, en su posición.
—Levantate. —Ignore su comentario y me fui hacia la ventana, mientras él se sentaba en la cama bostezando— Hice tu favorito. —Abri las ventanas dejando que toda la luz del sol entrara a la habitación.
—Gracias, amor. —Me sonrio y se levanto de la cama— Gran día hoy, ¿Eh?
—Si, si... —Mire de reojo el calendario, donde marcaba un trece de mayo, Luna llena— Vamos, lávate esa sucias patas.
...
Joel desayunó, yo hice mis cosas y el día empezó a transcurrir de lo más normal, entre charlas, comida, besos, abrazos y demás. La mitad del tiempo estuvimos en la cocina sin hacer mucho.
Terminamos de cenar y mientras yo lavaba los platos, Joel se sentó en el piso recostado en el refrigerador.
—¿Ahora? —Le pregunte, girandome a verlo, secando mis manos con un trapo. Ni siquiera tuvo que decir nada, con solo mirarme supe que había llegado el momento; sus ojos ya estaban amarillentos y sus colmillos ya eran más notables. Le extendí mi mano y el la tomo para levantarse del suelo.
—¿Quieres que te ayude a subir, cachorrito? —Bromee mientras subíamos las escaleras.
—Basta... —Renego entre dientes, yo reí.
Subimos a la habitación, el quito su camisa y sento frente a la ventana, donde había una silla para poder sostenerlo. Busque unas cadenas debajo de la cama, las saqué y las amarre por todo sus cuerpo impidiendo cualquier movimiento brusco que haga.
—¿Cadenas?, ¿En serio? —Me pregunto arqueando una sus cejas.
—Rompieste mi lámpara favorita la última vez. —Él soltó un gruñido y me miro indignado— Un mes la lámpara, el otro podría ser yo. —Termine de cerrar el candado con fuerza.
—Nunca lo haría.
—¿Necesitas una almohada o algo?, podría ponerla abajo de ti. —le propuse, viéndolo a la cara.
—Estoy... ¡Bien!. —Hizo un movimiento brusco haciendo que las cadenas sonaran, sus ojos eran más amarillos y sus colmillos se notaban más que antes.
Deje un corto beso en su frente y me levante— Bueno, aúlla si necesitas algo. —Mencione y salí de la habitación.
...
Había pasado casi media hora desde que dejé a Joel allá, y los aullidos y ladridos no me dejaban en paz, trataba de leer con calma y no prestarle atención, pero con todo ese ruido no va a ser posible.
Deje el libro de lado y me levanto para empezar a subir a donde Joel. Y por supuesto, lo primero que vi fue a aquel Joel lobo, el cual al verme me gruñó con enojo. Pase por su lado hasta quedar al frente de él, me ladro y empezó a moverse bruscamente tratando de liberarse, yo rode los ojos y me senté al frente suyo. Me ladro sobresaltandome, me molesto.