Capítulo XI - Conflicto

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Con prisas Rubius había llegado a su casa para dejar a su nueva mascota y luego dirigirse a una casa de su amigo.

-Bueno Juan Carlos, bienvenido a tu nuevo hogar, ponte cómodo. - dijo agachándose para dejar al cerdito en el suelo de la cabaña. - Debo irme ahora, vuelvo en un rato. Pórtate bien, ¿sí? - tras decir esto le dejó una zanahoria a su mascota y se fue de su casa a paso rápido dirigiéndose hacia la reunión.

Terminó de subir las escaleras casi sin aire maldiciendo a su amigo por haber hecho una casa en la cima de una montaña.

-Podría al menos colocar un ascensor el cabrón. - Refunfuño entre jadeos.

Tocó el timbre y casi al instante Luzu lo recibido.

-Hola Rabis, ¿por qué no me sorprende que seas el último en llegar? - saludó Luzu.

-Joder, algunos tenemos cosas que hacer. - respondió Rubius.

-Hm, bueno ya que estamos todos, ¿para qué nos citas Alex? - habló Vegetta.

Rubius rodó los ojos y se dirigió a tomar asiento al lado de Mangel que se encontraba en el sofá.

-Bueno, eehh ... - Alex se notaba nervioso, no sabía cómo comunicarles a sus compañeros tal noticia. Inhaló profundo para calmarse y exhaló el aire de forma lenta - iré directo al grano, se quién es el asesino del pueblo.

De pronto todos quedarán en silencio mirándolo, expectantes, sin decir nada esperando que continúe hablando.

- ... - Hubo silencio de parte de Alex.

Todos comenzaron a mirarse entre sí, tratar de descifrar aquella situación, aquel suspenso.

-... y el asesino del pueblo es... - dijo Fargan tamborileando sus dedos sobre la mesa junto a la que estaba sentado, tratando de animar el ambiente, pues sonaba a buenas noticias.

Silencio nuevamente de parte de Alex.

-Alex, amigo, no puedes decir eso y quedarte en silencio. - dijo ahora Willy.

-Es que macho, no es algo sencillo de decir. - contestó Alex.

-Solo dilo y ya. - animó Luzu, con tono tranquilo.

-Bueno, he estado investigando estos días, desde que tú y Vegetta encontraron aquel lugar, - comenzó a explicar Alex, pensando en que lo mejor sería explicar primero cómo llegó a su conclusión. - cómo pudieron notar desde aquella noche en la que pidieron ayuda a los Dioses, los asesinatos pararon.

Hizo una pausa, sus compañeros lo escuchaban atentos y asintiendo con la cabeza a lo que decía, por ahora no era nada que ellos no supieran.

-Cuando bajé a aquel lugar llegué hasta las puertas de hierro, los que hemos trabajado con ellas sabemos que no son una cosa simple de hacer, entonces se me ocurrió hablar con el herrero. Aparte de algunos de nosotros, él era el único que trabajaba con esas puertas. - continuó explicando Alex.

-Pero chaval, dinos ya quien es el asesino, ¿Qué tiene que ver el herrero? - interrumpió Rubius, no entendiendo hacia donde se dirigía su compañero.

-Shh, calla Rubius. - dijo rápidamente Vegetta, miró a Alex haciendo una mueca con la mano para que continuara con su relato, Vegetta se sintió muy atento ante las palabras de Alex, atando cabos en su cabeza.

-Bueno, no logré encontrar al herrero por ningún lado, estaba convencido de que él era quien estaba haciéndole aquello a las personas del pueblo y que huyó cuando descubrimos su guarida. Pero no fue así, bien sabe Mangel que el herrero desapareció solo un par de días antes, no pudiendo cobrarse el favor de haberle enseñado y darle los materiales a Lolito para que pudieras instalar una de estas puertas en un pasadizo de su mina ... - Todos automáticamente dirigieron su mirada hacia Mangel. -Siendo así Lolito el último en tener contacto con el herrero, unos días antes de caer en coma, justo después de la noche en la que Luzu y Vegetta pidieron a los Dioses que pararan al asesino.

Entre las montañas y el mar (Karmaland)Where stories live. Discover now