El racismo se encrudece sin ningún tipo de disimulo a lo largo y ancho del mundo. Los que tienen más que perder al final del día son los que terminan siendo vistos como criminales.
En la historia moderna absolutamente nada ha cambiado, llaman víctima y pretenden ridiculizar a los que realmente están siendo perjudicados, agraviados, atacados y hasta asesinados.
Más no saben que está lucha no es sólo por un color, no es sólo por una raza, no es sólo para una minoría, sino que es un aglomerado de personas asfixiada por tanta injusticia.
Personas que han perdido el aliento debido a que ya gritaron de mil maneras sin tener una tan sola respuesta, es más ni siquiera hubo eco dado al desinterés que simplemente vendo los ojos del resto y tapó sus oídos dado a que era lo más conveniente.
Es un grito unísono que sólo busca encontrar una luz al final del túnel, un sonido de esperanza, un rompimiento de cadenas, una búsqueda de libertad.
Libertad que necesitan todos aquellos que necesitan liberarse de los miedos, de todas las amargas experiencias, de los temores a ser asesinados, del desprecio de la gente ignorante, de los chistes burdos y sin sentido, pero sobretodo del odio irracional que provoca la inconsciencia humana egoísta e ignorante.
Ni hablemos de justicia, porque ya sabemos que llevamos todas las de perder. Y no es por ser fatalista pero seamos sinceros. Cuando naces negro en este mundo sabes que tendrás que lidiar de entrada con muchas desventajas. Incomoda pero es la realidad.
Porque para empezar en este mundo el negro significa pecado y el blanco pureza, a el blanco lo interpretan con alegría al el negro con tristeza, el negro simboliza peligro y el blanco simboliza justicia, al blanco lo asocian con vida y al negro con la muerte, lo negro es tosco y lo blanco es fino, el blanco es sinónimo de paz y el negro es sinónimo maldad.
Es difícil enfrentar todo lo que la vida implica, cuando literalmente inicias el juego con un letrero de bienvenida que dice fin del juego. Letrero que debemos cargar a cuestas, letrero que llevamos en nuestras espaldas que es tan pesado como una loza, letrero que muchas ocasiones nos revienta el alma y quiebra el espíritu. Sin embargo callamos porque no podemos darnos el lujo de mostrar impotencia porque la debilidad nos hace vulnerables.
Acaso son justos estos estigmas, que sepa quién los invento. Ahora imagínate tener que vivir con ellos, porque el sistema y/o la vida te recuerdan a diario que lastimosamente que naciste negro. Estas no son excusas, ni inventos es solamente una realidad que solo se disimula para no cortar la comodidad de la mayoría.
Y desde donde estoy, créanme que no olvidaré su silencio, no olvidaré su indiferencia, no olvidaré su valeverguismo y no lo haré no por odio, sino porque me respeto a mi mismo. No importa si eres; familiar, amigo, compañero o un simple conocido este no es momento de callar.
Este es el momento mas idóneo para iniciar los cambios que el mundo necesita para ser más justo, más sano, más integro, pero sobretodo más humano. Realmente el mundo ocupa humanidad y empatia.
Pero los cambios deben de iniciar por nosotros mismos. Debemos ser mejores, debemos ser coherentes, debemos tener esencia.
Querida persona negra tenemos recordar que al ser negros no podemos seguir permitiendo ningún tipo de racismo independientemente el país en el que estemos, hagamos consciencia. Tampoco generemos odio ni más racismo, somos mejor que eso y sabemos lo horrible que se siente.
Quizá a ti esto te parezca exagerado y no te importe. No te culpo del todo, se que tu no tienes que lidiar con desprecios irracionales a diario. No caminas con ese cúmulo de emociones en los cuales se mezcla la impotencia y un alma quebrantada.
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Negro: Carta abierta
Non-FictionEl racismo se encrudece sin ningún tipo de disimulo. Los que tienen más que perder al final del día son los que terminan como criminales. En la historia moderna absolutamente nada ha cambiado, llaman mártires a los que realmente están siendo perjudi...