- No, no lo sé - me aparta las manos de sus hombros - iluminame porque no tengo ni la más mínima idea - dice indiferente - podría ser cualquiera ya que tienes la costumbre de enamorarte tan fácilmente.
- ¿Cómo que te ilumine? - la incrédulidad en mi voz parece sorprenderla - No puede ser otra mujer más que tú mi Lala, no existe otra persona a la cual podría entregarle mi corazón - resuelvo herido - ¿Que más podría probarme un suspiro, una sonrisa, que tus maravillosas ocurrencias? - pregunto - por favor Lala no me hagas esto, te lo suplicó.
Trato de hacerla entender que si no estamos juntos ahora, si no tomamos una decisión y perdemos el chance de estar juntos, no habrá otra oportunidad para nosotros, mi suplica parece hacerla entrar en razón por unos segundos pero desaparece inmediatamente.
- ¿Que no haga qué? - cuestiona - ¿sabes porque no se quién te gusta? porque insististe tanto en la idea de que no podíamos estar juntos, me hiciste prometerlo más de una vez - me reclama - que yo simplemente me hice a la idea de que entre nosotros nada podría pasar, así que no me vengas con este cuento ahora porque ya no te creo.
- Pero puede pasar - tomo sus manos - Lala yo... Deseo con todas mis fuerzas que eso suceda - la observo a los ojos - Quiero que exista un nosotros, un tú y yo con todo mi corazón .
- ¿Y que si yo no quiero? - responde a la defensiva - No puedes pensar que yo solo iba a aceptar esto de buenas a primeras.
- No digas eso - coloco con mis manos en sus mejillas y apoyo me frente en la suya - No lo digas... por favor - siento sus manos retirando las mías para que pueda mirarla.
- ¿Cuántas veces... piensas romper mi corazón? - pregunta - ¿De qué crees que estoy hecha? ¿de piedra?.
- No... yo no he dicho eso Lala, ni mucho menos quiero romper tu corazón.
- Pero estás empecinado en ello, porque no haces más que aparecer cuando estoy terminando de recoger los pedazos que dejas de mi - explica - Cuando intento reconstruir mi vida y ser feliz con alguien que sí se interesa por lo que siento, que me quiere sinceramente.
- Tienes que estar bromeando ¿cierto? - pregunto incrédulo - ¿Hablas de ese tipo? ese tal Andrés - pronuncio su nombre con desprecio - Lala ese... tipo es un mentiroso, un falso.
- ¡Él no es un falso! - grita - En cambio tú que te la pasas ilusionado mujer para luego romper su corazón - dice - Menudo hipócrita, hablando de falsos cuando tú eres un maestro en el arte de mentir.
- Lala mi amor no digas eso - me defiendo - Yo no te ilusione, todas las cosas que te dije eran ciertas, cada una de ellas - digo - Pero no me imaginé que todo resultaría así, yo realmente no me sentía preparado para una relación acababa de sufrir una desilusión me encontraba muy herido.
- ¿Que no estabas preparado? - se burla - Mira, tú realmente no conoce la vergüenza, no eres más que un mentiroso - dice - Si no hacia ni un mes que habías terminado Aura ya salias con Claudia - me recuerda - ¡Y no me llames tú amor! esas palabras te queda muy grandes.
- Lala yo...
- ¡Cállate y dejame hablar! - me interrumpe - Me ilusionaste, alimentaste mis esperanzas algo que nunca, nunca debiste hacer - llora y me acerco a ella para consolarla - ¡No me toques! escúchame bien tus estúpidos cumplidos, tus falsos celos, tú constante flirteo fueron los que me dieron esperanza de que entre tú y yo podría haber algo más que una amistad - dice - Pero todo se me vino encima cuando presentarte a Claudia como tú novia oficial - me mira con dolor - ¿Cómo crees que me sentí? ¡dime! ¿te imaginaste por un instante cuánto me afectaría esto? lo hiciste aún sabiendo lo que yo sentía por ti. Ni siquiera te importo un poco mi corazón, yo confiaba en ti como nunca lo hice con otro hombre - dice - Yo sentía amor por ti Carlos.
- ¿Sentias? - pregunto herido - ¿En pasado?.
- Sí, sentía - dice - Me tengo más respeto y entiendo cuando debo retirarme de una batalla - resuelve - Y esto que nunca existió no llegará a ser jamás.
- Yo también me se retirar en el tiempo justo - digo - Y se que este es el momento para luchar por ti, por nosotros y te demostraré que esto no se ha acabado - digo con decisión - Ahora comienza la verdadera batalla.
Me acerco a ella aprovechando su conmoción coloco con las manos en sus mejillas.
- Lala - digo - ¿Estás preparada? porque no voy a ser clemente y escatimar en fuerzas y estrategias para reconquistarte - Me mira extrañada.
La tomo de la cintura para acercarla hacia mí, varios mechones caen en su delicado rostro, con mi mano derecha los aparto cuidadosamente y los coloco detrás de sus orejas dejando mi mano en su suave mejilla; inclino un poco su rostro la miró fijamente y aparta su mirada de la mía. Bajo mi mano a su cuello, con la nariz recorrí su garganta hasta llegar a su oído para susurrarle - te amo - se le escapa un suspiro por la sorpresa de esas dos simples palabras.
Intenta evitar verme, así que con la mano que tengo en su cuello levanto un poco su rostro para poder mirar sus hermosos ojos y en ello más que sorpresa y rechazo lo que veo es amor correspondido y eso, es todo lo que necesito.
Emocionado por lo que veo en sus ojos mis labios tocan los de ella con delicada dulzura. La calidez de sus labios hace a mi corazón palpitar descontrolada mente.
Aunque al principio opone resistencia y parece reacia a recibir mi beso, se rinde a las sensaciones que ha despertado este beso en nosotros. Es justo como lo esperaba es maravilloso el tacto suave de sus labios.
acoplo mi boca a la de ella con tanta perfección que cuando nuestras lenguas se tocaron sentí un calambre en todo el cuerpo.
Era un beso estupefaciente tanto que creía sentir esa lengua por todo mi cuerpo. Lala se agarró rodeando mi cuello mientras la sujetaba contra mi cuerpo besándola con tanta desesperación y al mismo tiempo intentando mantener las riendas de mi control. No había nadie más magnética que ella, succiono su lengua y después apretando su labio entre los dientes.
Nos apartamos para tomar aire, le doy un último beso casto en sus labios.
- Prepárate mi Lala - le digo con la frente apoyada en la suya - porque voy con todas.
Me alejo de ella a pesar de que no quiero , pero sé que debo hacerlo debo darle tiempo para que se dé cuenta de que nos extrañaremos y somos el uno para el otro.
Además porque le debo ese tiempo, no la presionaré; observo por sobre mi hombro en su dirección se encuentra donde la deje llevar mi chaqueta puesta, aun digiriendo lo que pasó.
pronto mi Lala, pronto estaremos juntos y eso te lo prometo...
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Corazón de piedra ©
Short StoryUn corazón roto que solo desea ser feliz por primera vez sin impedimentos.