Al desnudo.

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Termina nuestro abrazo.

- ¿Te quedas en el cuarto de mis padres? - le digo mientras subimos las escaleras.

Le doy la vuelta a la manija, mierda, esta cerrada.

- Vamos Sam, sera como una pijamada - me dice y hace una ligera sonrisa de lado.

Esta bien, si fuera cualquier otro idiota lo habría golpeado, pero conociendo a Adam, hasta podría ser divertido.

Uff, apesta a sudor, marihuana y cigarro.

- Adam, necesitas bañarte, entra al baño, las toallas están a la derecha- le digo y lo empujo hasta el baño.

- No te apures, Sam

-No, tu apurate, apestas y harás que todo aquí se llene de tu olor.

- Esta bien - se ríe y entra al baño.

Ay Adam, no se que hacer contigo. El es tan capaz, no merece una vida en la que no sabe lo que hace mas de la mitad del tiempo.

Busco unos pants enormes en el armario del pasillo, mi padre los usaba cuando salía a correr, ya no los usa mas.

Sigo decepcionada, tal vez nunca le guste a Ashton y sólo salía conmigo por lástima.

Me siento en mi cama y enciendo la música.

Después de un rato, Adam entra en mi cuarto con la toalla en la cintura.

Mierda Adam, de donde sacaste ese abdomen, esos lunares, y esas clavículas.

- ¿Pasa algo, Sam? - mierda olvide que tengo que hablar.

- Ah no, no amm aquí tengo ropa limpia - me levanto, doy un paso y tropiezo, carajo, caigo en su pecho, y tiro la ropa.

Mas ridícula no me podía ver.

El me sonríe y levanta una ceja.

- Eres una torpe - gracias por decirme lo obvio Adam.

Ay, lo tengo a centímetros de mi cara, y desnudo, se me incendian las mejillas.

- Callate, aquí esta la ropa - le pongo la ropa en el pecho y salgo de la habitación, indignada por lo que pasó.

Me desnudo y abro la llave, me meto en la ducha, me pregunto lo que pasaría si Adam entrara de repente, como reaccionaria, que haría el, probablemente no me desearía, sus chicas siempre son demasiado delgadas y adora a las morenas, y yo soy de tez blanca y cabello rubio oscuro, y no soy delgada, no me considero alguien muy llena pero no soy delgada.

Mis caderas y mi cintura son mi parte favorita de mi cuerpo, pero el nunca me ha visto de esa forma como para notarlo.

Y el bueno, nunca lo había visto así hasta hace un momento, no es que me guste, pero el inepto de Adam no esta para nada mal.

Me pongo mi bata de baño, carajo y mas carajo, olvide mi ropa interior, esta bien, la bata cubre lo necesario.

Entro a mi cuarto.

Mierda Adam se esta admirando en mi espejo en boxers, sus brazos son tan sexys, al igual que su espalda, wow, que espalda.

Mi cerebro intenta controlarme pero mi instinto adolescente no puede dejar de admirarlo, ¡Samara! Comportate.

- ¡Adam Bush! Ponte los pantalones. - le digo aunque en realidad no deseo que lo haga.

Voltea a verme algo sorprendido.

- Lo dice la chica en bata de baño - cruza los brazos.

- ¡Pontelos y sal! Me voy a vestir - le doy los pantalones y lo empujo afuera.

Cierro la puerta, maldito Adam, tu no puedes parecerme sexy eso no va con mis principios.

Me pongo mi piyama que son unos pants rosas y una camiseta de tirantes blanca.

- Puedes pasar, sólo si ya traes puestos los pantalones - le digo asomandome por una rendija de la puerta.

- Esta bien Sam Sunrise, ya los tengo puestos, pero se te olvido darme la sudadera- interesante, creo que mi memoria juega con mis hormonas.

Lo dejo pasar y nos sentamos en la cama.

- ¿Quieres pedir una pizza?- le digo - Debes estar muriendo de hambre - no se hace cuanto no haya comido.

- No tengo dinero, Sam - probablemente se lo gasto en drogas.

- No seas tonto, yo pago - además también tengo hambre, no es que me preocupe por el.

Quiso insistir pero no lo deje y llame rápido.

- Sam, tienes los ojos un poco hinchados... ¿Lloraste? - pensé que ya se había pasado.

- No... Bueno, no es nada importante - no quiero hablar de esto, pero tal vez Adam me de algunos consejos.

- ¿Sabes que yo le partiría la cara a cualquier estúpido que se atreviera a lastimarte? ¿Quién fue? ¿Lo conozco?-

Adam siempre me protege, y yo intento protegerlo a el, es parte de nuestra amistad, prometimos nunca defraudarnos por ninguna situación.

- En realidad es un tipo llamado Ashton, no recuerdo su apellido, pero no es nada importante

- Sam, si te hace sentir algo, es importante para mi, al menos saberlo.

- No es por el... Es que me dejó plantada, pero muchos lo han hecho... Estoy acostumbrada. - bajo la mirada y se me vuelven a llenar los ojos pero me esfuerzo por contenerlos.

- Samara, ninguno de esos imbéciles te merece, tu eres única, no importa lo que ellos piensen, eres inteligente, valiente y hermosa, que nadie te haga sentir lo contrario, o yo me las arreglaré con el, ¿Entendido? - Me abraza y me revuelve el cabello.

Se me escapa una sonrisa, de verdad tengo el mejor amigo del mundo.

La pizza llega y nos la comemos, siempre contamos chistes, es como una costumbre que tenemos.

Creo que ambos estamos agotados, dejo que duerma conmigo, en el buen sentido, creó que, me hace sentir protegida.

Me acuesto viendo hacia el pero no tardo en quedarme dormida.

Todo es tan confuso ahora.

TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora