Cuando cumplí quince años mi madre me pago un viaje de dos semanas por Europa, fue como un sueño, mi mejor amiga me acompaño y visitamos lugares increíbles como el museo de Louvre, Notre Dame, la torre Eiffel, entre muchas otras, pero sin duda mi lugar favorito fue Venecia, su cultura y sus paisajes me enamoraron de la experiencia italiana, sus gelattos y su gente te daban la sensación de no querer regresar nunca. Estando en el parque de Disneyland Paris a unos días de terminar el viaje, me senté en la orilla de la cama color verde con temática de "Tarzan" y observe mi teléfono, en ella tenía una notificación con la invitación a la fiesta de cumpleaños de Alexis en el hotel Hilton, habría dj y una banda en vivo, piscina, hamburguesas y cientos de invitados, me sentí incomoda, una sensación de curiosidad invadió mi cabeza, es decir; porque no podíamos ser la clase de hermanas gemelas que salen en las películas, que se quieren y hacen todo juntas, porque no podíamos estar las dos recorriendo las calles de Madrid con unos shorts pequeños y el fuerte calor de la capital española en nuestra espalda, o en todo caso, porque no podía estar yo en esa fiesta celebrando al lado de mi hermana, con todos nuestros invitados gritando nuestros nombres al cantarnos las mañanitas. Me sentí triste y por un momento olvide el increíble lugar en el que me encontraba, del otro lado del mundo, pero sola.
Al regresar era obvio que la fiesta de mi hermanita era el tema de conversación durante semanas, "el evento del año" decían muchos, aunque no todo fue malo debo admitirlo, el viaje que hice me cambio para siempre, me hizo descubrir cosas que ni yo sabia de mi misma, considero que ese viaje me hizo madurar en muchos sentidos y comprender que el mundo no gira alrededor de mi, que mis problemas en varias ocaciones son creados por mi cabeza y triplicados para parecer mas duros de lo que son, por lo que tener a mis amigas Sara y Jen en los recesos hablando de libros y películas de terror era lo único que necesitaba. Sara no pudo acompañarnos por lo que Jen y yo le contamos a lujo de detalle todos los sucesos que pasaron por Alemania y Bruselas, de lo increíblemente rico que era Luxemburgo para ser tan pequeño y como en Londres tuve una cita con un joven apuesto de intensos ojos verdes y unos rulos que caían por su frente, no estoy orgullosa de decir que nuestro primer encuentro fue gracias a Tinder, pero si que lo valió, ya que si mi chaperona no hubiera descubierto que me veía con el todas las noches cuando pretendían que estábamos dormidas quizá me hubiera clavado mas de lo que fue, en una de las salidas, me llevo a ver el Tour de Jack el destripador a petición mía y al salir caminamos con el frio de la ciudad pegándonos en la nariz, el se veía increíble, sus manos estaban rojas del frio pero eso no impidió que me cubriera con su gabardina, me rehuse al principio, pero el calor se sentía tan bien en mis hombros que lo deje hacerlo y con un movimiento perfecto acomodo sus brazos en mi cintura, me quede hipnotizada con sus ojos y por unos segundos el mundo dejo de dar vueltas, estaba tan tranquila, tan segura a su lado, que sin pensarlo lo besé, sus labios estaban húmedos y suaves, me tomo fuerte de la cintura y dejo salir un suspiro, pase mis manos por su cabello castaño y me perdí de la realidad, el frio de pronto desapareció y mi cuerpo estaba inmóvil. Ya en el hotel, no pude conciliar el sueño esa noche, al recordar todas aquellas emociones que había despertado en mi ese joven, era increíble, era tan guapo, era... demasiado bueno para ser verdad, la realidad me golpeo de repente y me recordó que en cuestión de días el viaje terminaría, nunca lo volvería a ver.
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Pecado en el paraíso
FanfictionAlexis es una chica graciosa y muy bonita, cosa que le ha facilitado la vida en repetidas ocaciones. Lia su gemela por otro lado; es sumamente tranquila, un poco retraída pero muy inteligente, se podría decir que su relación de hermandad se a quebra...