every atom in between [Kim Seokjin/Min Yoongi] |Yoonjin/Jinsu|

parte 1 (i)

Que se joda Kim Seokjin.

Eso es. Yoongi lo dijo.

Que

Se

Joda.

Si Yoongi pudiera disparar tres rayos láser y destrozar los tobillos de Kim Seokjin, lo haría.

Yoongi en serio, en serio, no dudaría en incapacitar a Kim Seokjin si eso significaba que él pudiera comer una jodida comida de verdad de nuevo. De noche, fantasea sobre cortar los cables de su maldita prístina nave, sobre—sobre rayar el jodido, maravilloso trabajo de pintura de esa cosa. Se imagina derramando gaseosa caliente sobre todo el escritorio, volviéndolo asqueroso y pegajoso y arruinado por siempre.

"¿Estás seguro de que lo está haciendo a propósito, hyung?" Namjoon pregunta, inclinando su cabeza. Su rostro está proyectado en un holograma flotante azul en la nave de Yoongi, luciendo preocupado desde su hogar en su planeta de origen. "Quiero decir, ¿estás seguro que él a propósito está robando los aliens que tienes en la mira?"

"Sí" Yoongi afirma.

Está bien, tomemos un pequeño paso atrás.

Yoongi es cazador de aliens para el Instituto Universal de Ciencia Gorden.

Conocido como Suga, él sale, encuentra un alien que nadie haya visto muy seguido (o nunca), y lo trae de regreso al Instituto para registrarlo. A cambio, obtiene una pesada maleta de créditos (el método estándar de pago en el universo). Loco, ¿no?

Yoongi cree que el título de "cazador de aliens'' suena bastante cool. Muy sexy. Es todo lo que una persona de 13 años quiere ser cuando crezca: un musculoso patea traseros, explorando lo desconocido, venciendo monstruos con una mano mientras besa a una hermosa persona con la otra. Yoongi sabe que eso es lo que imaginaba cuando era joven. Gloria, batallas épicas, y mucho, mucho dinero.

En realidad... bueno. No es tan glamoroso.

Yoongi no está tan en forma, no bíceps sobresalientes o abdominales espectaculares. La gran parte de su tiempo se la pasa en el profundo espacio, solo, buscando por las criaturas más escurridizas en el universo. Cuando encuentra una, hay mucha complicada y exhaustiva pelea envuelta –más complicada de lo que Yoongi esperaba tener que lidiar, para ser honesto –y, la mayoría de veces, terminaba en decepción.

La única vez en la que te pagan (bien) como cazador de aliens, es cuando encuentras algo raro o algo que nadie haya visto antes. Setenta por ciento del tiempo, un cazador trae un alien que personalmente no reconoce, el técnico obtiene una gran X en su escáner, le dice al cazador que tienen registrados ya un billón de las cosas, y lo tira al espacio. El cazador se va, ningún crédito en sus manos, y su esfuerzo tirado a la basura.

Le ha pasado a Yoongi más veces de las que puede contar. Lo arriesga todo cuando entra a terreno desconocido, y él sabe de los peligros que esa vida desconocida trae –como si su brazo izquierdo de metal dejara que alguna vez lo olvidara.

Como sea, para todos los fracasos de Yoongi, se supone que es una de las personas que es buena en lo que hace. Lo jura. Sería rico. Estaría nadando en dinero –si no fuera por Kim Seokjin.

Kim Seokjin –AKA, Jin. Joven, valiente y carismático. Amigable, pero con secretos. Igual de misterioso que las olvidadas leyendas de La Tierra, pero igual de popular que las estrellas de cine.

Además, un maldito tramposo.

Yoongi pasa días y noches investigando a estas bestias de mierda (y algunas especies que son igual de inteligentes que la suya), descubriendo qué les gusta comer y la temperatura en la que les gusta dormir. Él usa esta información para encontrar lo que está buscando, para que pueda conseguir algo de dinero. La mayoría del tiempo, Yoongi es afortunado. Pone sus ojos en el alien, alista sus blásters, pero luego –justo cuando está a punto de que todo su esfuerzo valga la pena –Seokjin aparece y lo toma para sí mismo. Le lanza a Yoongi una brillante sonrisa, agita su mano hacia él, y se lleva al alien a su glamorosa, superior nave.