The Crazy Wolf Girl - Jacob Black (En Edición)

Capitulo 3 - Visitas inesperadas

"Ahora puedo decirte que tomé la decisión correcta, sin embargo, no hay un día que pasé sin arrepentirme de no haber tomado una opción diferente".

Seven (1995)

Liberty

Me he perdido.

Vago por la vida como un ser errante, sin pasado y sin recuerdos. Algo tira de mi pecho, como si me anclará al mundo. Y, aun así, con todo esto, he perdido el sentido de lo que soy. A veces cuestionó si mis sueños son recuerdos de alguna vida pasada a la que debo regresar.

Mantengo los ojos cerrados todo lo que puedo, pero algo sigue molestándome. Abro los ojos lentamente, parpadeando varias veces tratando de enfocar la vista. La habitación en la que estaba era extremadamente brillante para mí gusto. Mis ojos dolían por la intensidad de la luz forzándome a cerrarlos de nuevo y gemir con agonía.

Sentía cómo mi si todo a mi alrededor se meciera. ¿Estoy en un barco? No sería la primera vez que amaneciera en medio del mar con resaca. Mi cuerpo dolía por todas partes, estaba agotada. La cabeza parecía a punto de estallarme. Podía escuchar cada maldito sonido de los alrededores, y en definitiva no estaba en un barco. Supongo que sigo en casa, y la fastidiosa luz era por una de las tantas ventanas que había en ella. Me estaba empezando a irritar, le gritaría a alguien para que cerrará las cortinas, pero eso aumentaría mi dolor de cabeza. Debí dejar que Natalia se quedará con esta habitación. No se si fue terquedad u orgullo infantil lo que hizo que peleara con ella por la habitación, posiblemente lo segundo. Nunca fui de esas niñas que les gustaran las princesas que esperaban a un príncipe que las salvara, pero amaba los balcones y las escenas románticas descritas en ellos. Además, esta habitación tenia un baño enorme donde prácticamente refugiarme cuando todo me sobrepasaba.

Regresando a mi calvario, tomé mi almohada y la puse sobre mi rostro para cubrir el resplandeciente sol que entra a la habitación. Ciertamente los dioses me odian, justo hoy tenía que ser un día soleado en vez de un día normal de nubes y tormenta. Y yo quejándome de los días nublados, no supe apreciar su esplendor.

Solté un resoplido hastiado sintiendo mi boca llena de algodón, mi lengua se pegaba a mi paladar de forma incómoda. Abrí levemente mi boca tratando de aliviar la sensación. Necesitaba agua o algo de tomar, era una sensación como de arena y algodón muy desagradable.

Se empezó a escuchar un fuerte golpeteo, mi cerebro cansado lo registró como la puerta, aunque bien podría ser los pasos de un troll. Incluso un elefante es más silencioso al caminar.

— ¡Silenció! - El grito de Anthony me hizo pegar un salto. Me gire quitando la almohada de golpe de mi rostro alarmada. Por mi mente corrieron miles de escenarios de lo que pudo haber pasado la noche anterior. El golpeteo siguió. - Deja de golpear.

A un lado mío se veía un bulto debajo de la cobija. Parpadeé lentamente tratando de enfocar mi vista, claramente había una persona al lado mío. Levante la cobija viendo el rostro de Anthony, tenía los ojos cerrados como si estuviera durmiendo. Su cuerpo está hecho bolita en posición fetal. Su ropa estaba arrugada, por lo que una parte de mi se alivió.

—no vuelvo a dejar que me convenzan de beber así – susurro con voz ronca.

— ¿Qué haces aquí? – le susurre temiendo que si hablaba más alto mi cabeza explotaría. Me acurruque de lado para quedarme frente a él. – no es que me quejé, pero ¿Por qué estás en mi cama? los vampiros no duermen – me volví a tapar la cara cuando los toques volvieron a sonar, decidí ignorar el ruido que hacían.