Estoy en una habitación oscura, sin alguna luz.
No debería, pero ya estoy acostumbrado a ello.
El aire acondicionado suena bajo e incluso sin esto,
creo que en realidad... me desmoronaré.
El apartamento permanece vacío incluso casi un año después de haberlo comprado, nunca se molestó en amueblarlo, más acostumbrado al espacio que siempre ha considerado su hogar: allí donde sus compañeros estén y dónde la música de distintos estilos resuena sin problema porque son siete personalidades diferentes que, para el final del día, se entienden y complementan a la perfección porque han trabajo duro para ello.
Ahora, sin embargo, el silencio parece listo para comérselo entero.
Sus pasos son taciturnos mientras sus pies descalzos se arrastran desde la habitación principal hasta la sala, donde no hay nada que le diga que ese sitio podría llegar, algún día, a ser su hogar. No hay música que venga de ninguna de las habitaciones, ni ruidos de la cocina que le digan que alguien está comiendo a deshoras y a escondidas de los demás, tampoco hay risas ahogadas por películas demasiado malas o videojuegos a la madrugada. Sólo hay silencio, uno del que ahora él hace parte.
¿Cuántas horas lleva ahí? Ni siquiera es consciente de sí ha sido más de un día, no cuando permanece con las cortinas cerradas e impidiendo que alguna luz se cuele en el apartamento a tal punto que sus hinchados y rojizos ojos han tenido que acostumbrarse para no tropezarse con nada, aunque tampoco hay mucho con que hacerlo. Se restriega la hinchada cara con la mano, visualizando con esfuerzo las letras de tinta negra que adornan su piel.
Piensa, inevitablemente, que alguien debió detenerlo esa noche y entonces, nada de lo que ha ocurrido por meses estaría pasándole factura. Sus piernas ceden entonces, al mismo ritmo que las lágrimas que ya creía secas vuelven a caer por sus mejillas, ¿cuánto más va a llorar? Han sido meses enteros de la misma forma, superado por los sentimientos que lo atormentan y le convierten el pecho un campo de batalla.
Se encoge en sí mismo contra una pared, recogiendo sus rodillas contra su tórax con esfuerzo por la pesada y gruesa ropa negra que lleva encima y que, está seguro, no se ha cambiado en un buen tiempo. Sus manos esconden su rostro, temeroso de ser visto por alguien cuando es evidente que está solo; lleva solo ya demasiado tiempo, ocultándose de los rostros que quienes pusieron tantas esperanzas sobre sus hombros y a quienes defraudó terriblemente.
Le ha fallado a la compañía, a todos los miembros del equipo e incluso a sus padres; todos quienes han confiado en él por años a tal punto de darle su propia libertad creyendo que él podría elegir, que sería lo suficientemente maduro como para hacerlo cuando es evidente por sus actos descuidados, que no es más que un niño que creció demasiado rápido y que, lo peor de todo, nunca aprendió nada de las personas que por tanto tiempo le acompañaron.
Sus sollozos se acrecientan, su garganta ardiendo porque ya ha gritado y llorado demasiado, pero nada parece detenerse cuando son los rostros de sus mayores los que se vienen a su cabeza de golpe, cuando son sus voces mezcladas en una pista desordenada las que resuenan decepcionadas en sus oídos porque una vez más, Jungkook, una vez más te has equivocado.
Quiere pedirles perdón, pero ya lo ha hecho tanto que las palabras suenan vacías.
Lo ha hecho tanto que ya sus rostros no son compasivos sino la muestra del cansancio que los meses han cargado sobre sus hombros, que él ha añadido con sus malas decisiones. Ya no sirve pedir perdón porque ni siquiera él confía en sus palabras, ya no cree en sí mismo cuando las dice y sus lágrimas ya no son muestra de su arrepentimiento. Sus sollozos aminoran entonces, comprendiendo algo en medio de la bruma de su desgarrador llanto.
Entiende que se acabaron, hace mucho tiempo atrás, las muestras de confianza, que ya no siente nada con los besos en sus mejillas de parte de Taehyung cuando se han quedado los dos solos y el mayor trata de consolar a su corazón. No siente nada con las palmadas en su espalda de parte de Namjoon, ni con los abrazos de Seokjin o con ninguna sonrisa de Jimin o Hoseok, mucho menos con los consejos repetidos de Yoongi.
Nada... Jeon Jungkook, oficialmente, ya no siente nada más que el silencio que se lo traga.
Hola a todos.
No tengo mucho que comentar, está es sólo la parte introductoria de la historia (sólo queda una parte más larga y que planeo publicar antes del fin de semana). Está, como pueden notar, centrada en Jungkook y será una historia más sobre él que sobre una pareja, aunque por supuesto, involucraré a todos los miembros del grupo y al Taekook.
Quiero, más bien he querido desde hace mucho, escribir sobre ésto, sobre lo que siento qué está pasando con él y creo que "Still with you" al fin me ha dado la inspiración para ello. Es una canción preciosa que, personalmente, creo que narra muy bien ese vacío que creo que él puede sentir. Obviamente, no lo sé, esto es sólo una apreciación mía.
Espero sus opiniones.
Gracias por el apoyo, nos leemos pronto.
Posdata: Vaya y escuchen semejante canción. Es bellísima, producida por él y como un regalo para el fandom. Yo lo extrañaba muchísimo. Así que por favor, denle mucho amor a él y su trabajo.
Posdata 2: Está parte va con "My time", pero la letra que abre es de "Still with you"... simplemente que "My time" es otra cosa bella que narra parte de quién es él.
Posdata 3: Gracias a las chicas del grupo por leerlo y darme su opinión.
ESTÁS LEYENDO
Still with me.
Fanfiction"Te extrañé..." Basado en: Still with you - JK (BTS). Jungkook Centric! - Leve TaeKook. Drama.