El Corazón de Law

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EL CORAZÓN DE LAW


Tum tum, tum tum


Escucho repentinamente su corazón, tan fuerte que se sorprendió.


No podía creer lo que estaba sintiendo en ese momento, no podía ser cierto. Miro la mano que le ofrecía ese plato de sopa y que aún lo sostenía.


¿Es que antes no lo había notado como lo hacía en ese momento? ¿Porqué apenas reparaba en él?


La mano del hombre que daba de comer era casi de un pálido transparente, como el de la nieve que tanto le gustaba observar y sentir.


¿Porque a esas alturas de su vida tenía que fijarse en un hombre? ¿Porqué en un hombre de una tripulación pirata como la de mugiwara? ¿Porqué? Si en su vida jamás había pasado.


Eso podía ser una molestia.


-¿Que pasa, lo tomaras?


La voz de ese hombre llamado Sanji lo devolvió a la realidad. Se dio cuenta de que lo estaba observando de una manera impropia de él, impropia de cualquier hombre de su naturaleza.


Sin decir más tomo el plato y volvió a su realidad.


"Siento algo por este hombre"


Se dijo internamente sin titubeos ni remordimientos, sin ocultar nada y consciente de sus sentimientos. Sonrió pensando en lo que quería.


Lo que quería era probar sus labios.


La fiesta que muy a su pesar había sido provocada por el capitán Luffy de pronto ya no le pareció una pérdida de tiempo, era bueno sentirse relajado antes de la verdadera pelea y que mejor manera de relajarse que intentando algo con el cocinero.


¿Curiosidad? Tal vez, jamás lo había intentado con un hombre aunque muchos lo habían intentado con él.


Él era diferente, tenía algo que con el simple hecho de ofrecerle un plato de comida le había parecido interesante, ese gesto desinteresado y bien intencionado que nadie le había demostrado. Le había demostrado la pasión de su profesión.


Alimentaba a las personas con dedicación y esmero sin importar su condición o bando, sin interesarle que fueran aliados o enemigos, ya fueran marines o científicos locos. Él los alimentaba porque como cocinero, esa era su naturaleza, su deber y alegría. Y lo disfrutaba.


Eso era lo que le parecía interesante, compartían el amor por su profesión, pero en comparación de él, Sanji no lo pensaba dos veces. No es porque no quisiera, sólo que era práctico. No siempre las condiciones eran óptimas, no siempre se tenía la oportunidad, no siempre era necesario, no siempre era práctico.


La mujer navegante había insistido en salvar a esos niños, los cuales serían una carga para su empresa, pero mugiwara había complacido a su nakama; por suerte todo había salido bien, con algunos contratiempos, pero al final del día, su instinto de médico lo obligo a ayudar en la cura de esos niños, después de todo, necesitaban de él.


A los dos los movía el instinto de sus profesiones.


Por sí fuera poco, tiempo después, le preparó un menú especial a su gusto. Era todo un profesional al preparar un menú común que se adaptaba a los gustos de todo sin olvidar llenarlo de nutrientes y vitaminas.


No podía negar que era un idiota como la mayoría en ese barco, su peculiar estilo de cortejar mujeres sin duda era aterrador y ridículo, pero había descubierto que su inteligencia y astucia salía a flote en los momentos indicados.

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⏰ Última actualización: Jun 05, 2020 ⏰

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