Capítulo 1.

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Corro, corro con todas mis fuerzas. Siento que mis piernas ya no pueden más, que estoy a punto de desvanecerme.

Ella está tan cerca, sólo veo sus cabellos castaños, y una hermosa silueta ala que quiero alcanzar.

Cada vez se aleja más. Parece imposible llegar hasta ella pero, se detuvo.

La toqué, por primera vez. Roze sus hombros con mi mano y pude acariciar su pelo.

Mi corazón latía aceleradamente. Y no, no era el cansancio. Tenía un vestido rojo, nunca había notado como estaba vestida, siempre que estaba por observarla un poco más, ella se alejaba. Pero esta vez no lo hizo.

Le di la vuelta para qué quedara frente a mí.

Su rostro no se veía normal, sólo se apreciaban unos bellos ojos color miel.

Sus labios no se podían ver ni su nariz, nada se podía ver, pero con esos ojos bastaba para saber que ella era hermosa.

Me acerqué a su rostro y ella bajó la mirada.

Mi mano se colocó en su mejilla levemente y...

-¡Ah! -y ese grito me despertó.

Joder.

Me tapé el rostro con mis manos y gruñí.

-¡¿Qué te sucede, Adeline?! -grité enojado.

Adeline, mi preciosa hermanita que en éstos momentos odio con toda mi alma.

-¡Una araña! -exclamó asustada-. ¡Una puta araña!

-¡Sólo es una araña, písala y ya! -me levanto de la cama y me dirijo al baño.

-¡Joder, Nathan, ven y ayúdame!

Al entrar, la veo encima del retrete mirando hacia abajo y gritando.

-¡Mátala, mátala! -gritó y me miro rogándome.

Me acerqué a la araña que apenas medía 2cm que estaba frente a ella y tanto le asustaba, y la aplaste.

Ella hizo una mueca de asco.

-Listo. ¿Esto es lo que no podías hacer? -me sonrió y extendió sus brazos para que yo la cargue.

La puse en mi hombro y ella comenzó a reír, pero yo seguía serio.

La tire encima de la cama, y le hice cosquillas, ella no dejaba de reír y yo no paraba de ver cómo se retorcia.

Adeline es tan bonita. Tiene 9 años y tiene el cabello castaños y los ojos en tono café y marrón. Tenía un gran parecido a mi madre.

Algo logró captar mi atención.

-¿Quién te pintó? -la observe detenidamente y ella rió mientras se tapaba-. ¿Tú? -ella negó aún riéndose.

-Jeanette -quita sus manos y me mira sonriendo.

-¿Y qué es?

-Un corazón unido con una estrella.

Sonreí. Pintaba bien.

-¿Qué desayunaremos? -me pregunta levantándose.

La miré sorprendido.

-¿Qué? ¿Cómo? ¿Mamá no les ha hecho el desayuno? -ella niega y se encoge de hombros.

Resoplo, le agarro de la mano y caminos hacia las escaleras, llegando hasta la cocina. Ahí nos encontramos a Jane.

-Buen día -le beso la mejilla y ella me sonríe-, ¿y mamá?

-Buen día Nathan... y mamá se tuvo que ir temprano al trabajo.

Apoyé las manos en el respaldo de la mesa y le digo-: Entonces... comeremos lo de ayer.

-¿Pizza? -pregunta Ad con los ojos brillantes.

Asiento con la cabeza.

-Nada saludable -murmura Jane.

-Ey, ¿qué tiene? -la miro y le pregunto.

-Sólo que no es saludable comer pizza de desayuno -mira para otro lado.

-La pizza siempre es saludable -le guiño el ojo y sonríe.

Voy hacia la nevera y saco una pizza congelada, voy hacia el horno y la meto.

-30 minutos -exclama Ad.

-¿Qué? -la miro confundido.

-Para que éste lista son 30 minutos, ponle ahí -dice jugando con sus muñecas.

Abro los ojos y miro a Jane, que igual mira a Ad sorprendida.

-Y tenemos una genio en la familia -levanto los brazos y me mira riéndose.

La pizza terminó de hacerse y nos sentamos a desayunar. Nos empezamos a contar lo que hacíamos en la escuela y temas sin sentido. Me sentía bien con ellas dos.

Cuándo terminamos, me levanté y las miré.

-Váyanse a lavarse los dientes -las miro y están ya vestidas con su uniforme-. Muy bien, las veo en la puerta en 15 minutos.

-Mamá dejó el auto. Las llaves están en la sala, dónde siempre -me gritó Jane antes de subir corriendo las escaleras.

Lave los platos lo más rápido que pude. Después de eso subí a mi habitación. Cuándo entré, el pequeño silencio de la habitacion me envolvió.

Me puse el uniforme del instituto y mientras me ponía mi corbata roja me miré al espejo por unos largos segundos.

Físicamente soy alto, 1.81 para ser más exactos, enrealidad no soy la gran cosa. Mis ojos son color avellana y tengo una nariz, ¿normal? Soy castaño, pero es un tono más claro. Soy de labios delgados con un rosa pálido natural. Y mi cuerpo es tonificado, ¿algún deporte? entreno artes marciales.

Pero cuando me miro, algo pasa conmigo, ¿soy menos atractivo qué antes? No lo sé, no tengo claro si es mi mente jugando conmigo de nuevo.

Mis ojos parecen verse como sí se hicieran chinos, sólo que aún modo muy exagerado. Y la punta de mi nariz se agranda quedando ¿gorda? Mis labios se hacen gruesos y deformes.

Con los días me vuelvo feo. Cada día menos atractivo.

La voz de Jane me saca de mis pensamientos.

Be RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora