La primera vez que vi a Peter Anderston fue en una tienda.
Iba de regreso a casa después de clases, así que decidí llegar a la tienda por un jugo, para el antojo. Peter iba saliendo y cruzamos miradas por un momento, luego se fue y yo ingresé. Fue muy raro, nunca había visto su cara, lo que significaba que era nuevo o venía de paso, es muy difícil que no conozcas a alguien en el pequeño pueblo de Hilaway. No es que me haya enamorado de él o algo así, pero su aspecto sí que era lindo, era un poco más alto que yo y tenía una bonita cara afilada, además de unos ojos cafés bastante oscuros y un sedoso pelo castaño. Pueden sonar como características comunes, y tal vez lo son, pero en él lucen completamente bien, como una figurilla de porcelana.
Al final terminé comprando un paquete de galletas y un chocolate caliente y caminé hasta el parque a comerlo más tranquilo. Tal vez fue alrededor de media hora que me levanté de la banca y comencé a retomar mi camino a casa. Al entrar pude percibir el cálido viento que había dentro, pues afuera el frío era demasiado, aunque tampoco me desagradaba; también noté el delicioso aroma que provenía de la cocina, el de las típicas galletas que mamá suele hacer en invierno y que a mí me encantan. Mientras avanzaba me fui despojando de mi abrigo y bufada, aventé mis cosas al sillón y seguí caminando a la cocina; mamá no estaba ahí, pero la canasta llena de galletitas sí que estaba y me moría por tomar una, pero seguían calientes. Regresé a la sala, tomé mi mochila y subí a mi cuarto, mi madre tocó la puerta tiempo después y entró, sentándose junto a mí.
- ¿A qué hora llegaste?
- Oh, lo siento, olvidé decirte, el olor de las galletas me distrajo - y era verdad, ese olor me hace agua la boca y sólo me deja pensar en "galletas, galletas, galletas" - llegué hace un par de minutos, tal vez hace ocho.
- De acuerdo. Oye, no tomaste ninguna galleta, ¿cierto?
- Eh no, lo haré ahora, ya estarán frías - estuve a punto de levantarme pero mamá jaló de mi brazo evitándolo.
- ¡No! No puedes, no son para ti ni para la casa, las voy a llevar como regalo a los nuevos vecinos.
- ¿Nuevos vecinos?
- Sí, hoy en la mañana comenzaron a mudarse, es la casa que se vendía en la calle de enfrente, a dos casas de la nuestra.
Lo más probable era que se tratara de Peter y su familia, y efectivamente fueron ellos.
- Me acompañarás a visitarlos, vi que tienen un hijo de tu edad, pueden que se hagan buenos amigos.
- Uh, de acuerdo - dije y volví a recostarme en mi cama a ver mi teléfono, pero mamá seguía viéndome.
- ¿Qué?
- Vamos a ir justo ahora, ¿por qué te acuestas?
- ¿Qué?¿Ahora?
- Así es, levántate, vamos - mamá me obligó a levantarme y a ponerme los zapatos, sé que no quería que me diera cuenta, pero se notaba que estaba emocionada por conocerlos.
- Anda, anda, ponte tu abrigo y la bufanda, y de paso ve por la canasta.
- Voy, voy.
Hice lo que mamá me indicó y salí a alcanzarla a media calle, me quitó la canasta y apresuró el paso. Cuando llegamos tocó el timbre, y en la espera de que abrieran mamá me pegó su nerviosismo y empecé a jugar con mis manos y a voltear a diferentes lados. Cuando la puerta se abrió apareció Peter, e instantáneamente sus ojos se dirigieron a mí.
- Eh, hola - habló mi mamá, fue entonces cuando apartó la vista y la miró a ella - ¿tu mamá se encuentra en casa?
- Claro, ahora le hablo.
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I don't know
General FictionLo que hace la cuarentena, y el no tener celular. "I don't know" no es el título, es sólo que no sé que poner. No lleva rumbo, pero puede ser BL.