Un simple repartidor

Parte 3

Era mi primera noche y valla que había gente en este lugar la música alta, el traje que tenía era algo incomodo pero admito que cuando al fin me acomode me resultaba muy agradable, el sonrojo en mi rostro no desaparecía por la vergüenza de pasearme por el local vestido así, los comentario de las personas que estaban por donde pasaba, el rose que me hacia la ropa con mi piel era extraño pero me hacía sentir bien.

Narrador omnipresente

Continuó atendiendo a quien lo llamaba, siempre ofrecido una sonrisa y siendo lo más amable que pudo no cabe decir que más de alguno se paso de listo y lo toqueteo haciendo que el castaño solo se apartara de esa zona con sus pómulos enrojecidos y algo agitado. Esto era nuevo para él, se acerco a la barra y decidió pedir agua estaba algo sediento por esa noche, se sintió observado de una manera inusual, era una mirada penetrante pero a la vez confortante. El agua se le entregó y bebió todo de un gran sorbo un poco del agua logro caer por las comisuras de sus labios, este solo las limpió con su dedo pulgar para luego lamer sus labios, agradeció el agua y se volteó encontrándose con el dueño de la mirada anteriormente mencionada este sintió la adrenalina subir a su rostro y como sus piernas flaqueaban mientras el chico de donde provenía la mirada penetrante que lentamente se volvió lasciva mientras estaba relamiéndose los labios para luego levantarse del sofá que estaba a unos metros de la barra para caminar en dirección al de ojos celestes ,el castaño tragó duro y solo sostuvo su mirada con la de aquél chico que poco a poco se acercaba más.

-Hola lindura~ -el chico llego al fin al lado de Luzu apoyándose en la barra acorralando ahora al más bajo- Debes ser nuevo, no? Podrías ayudarme corazón?~ - La invasión al espacio personal era algo nuevo para Luzu quien solo podía chocar contra la barra mientras sentía la respiración de aquel chico tan cerca a él, no se atrevía a mirarlo a sus ojos ni siquiera hablar le era posible, solo trataba de encontrar la forma de alejarlo

-Vaya parece que no hablas mucho. - El chico tomo el mentón de Luzu para luego chocar miradas- Mi nombre es Samuel pero si gustas llámame Vegetta. -Deposito un pequeño beso en la comisura de los labios de Luzu este solo se sobre salto y lo miro con su rostro completamente sonrojado. Trato de tranquilizarse tratando de ordenar sus ideas para poder hablar al fin.
- Sa- Samuel... E-en que necesitas ayuda? - logro apartar un poco al chico de cabellos opacos pero bien cuidados y llamativos.

El mayor sonrió. -Quiero que me ayudes a divertirme esta noche...- se alejó un poco de él para darle espació pero no lo suficiente como para que el castaño pudiera irse de su alcancé, Luzu estaba nervioso pero debía cumplir con su trabajo.
-No p-puedo... Debo traba- antes de terminar aquélla oración sintió un dedo sobre su boca que lo calló de inmediato.
-Eres un acompañante... No es así? -Luzu solo asintió mirando a aquél chico tan coqueto que estaba frente a el -Entonces contratare tus servicios esta noche, no te preocupes no aré nada que te disguste- se inclino sobre el castaño y se acercó a su oído para susurrarle- Amenos que por dentro lo desees~. - se alejó lentamente del rostro de Luzu mientras este  solo bajo la mirada por inercia tratando de evitar que su sonrojo fuese visto pero al bajar la mirada solo se topo con la camisa abierta del más alto la cual tenía tres botones desabrochados aún que el cuarto llamaba más la atención ya que este estaba mal abrochado el castaño actuó instintivamente y arreglo el botón de la camisa del contrario provocando sorpresa acompañado de una leve risa por parte de Samuel.
— Pero bueno chaval... Si quieres acomodar algo más por que no te acomodas en mis brazos~ - le guiño el ojo para luego extenderle la mano ganándose la mirada de aquel castaño al cual aún no desaparecía su sonrojo pero trataba de estar decidido para desempeñarse al cien por ciento en su trabajo así que se trago la vergüenza y trato de seguirla el juego lo mejor posible a su nuevo Cliente.

-Bueno si gustas Vegettita iré donde g-gustes - Los nervios lo estaban matando y su sonrojo no disminuía pero aún así tomo la mano que el azabache le ofreció sorprendiendo al mayor por aquél cambio de actitud pero no le disgusto, así que simplemente siguió la corriente y la acerco a él.