My babies? Not! Our Babies!

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Después de dos meses donde ninguno había movido el dedo del renglón, al fin Yugi Mutou y Seto Kaiba habían logrado terminar el nuevo sistema para su nueva creación.

Tras haber ganado el galardón Spiel des Jahres con su primer juego a Yugi no solo se le habían abierto las puertas dentro de la industria juguetera sino otras puertas como la asesoría y financiamiento en grandes empresas del rubro de entrenamiento.

Seto Kaiba por supuesto estando a dos pasos por delante -y eso era por supuesto una aproximación generosa para sus competidores- no fue lento ni perezoso para firmar un acuerdo con el nuevo diseñador para trabajar en conjunto.

Yugi lanzo un largo bostezo antes de levantarse de su lugar. Al fin podría ir a la cama después de dos meses donde se habían dedicado de lleno a terminar cada detalle con lujo de detalle.

—Bieeen —sin querer alargo Mutou la "e" al bostezar por décima vez en esa madrugada.

Asintiendo desde su silla, Kaiba logro alcanzar a observar su peculiar cabellera salir de la habitación antes de perderse por completo.

Sin querer con el paso del tiempo ambos habían comprendido que las grandes diferencias que llegaron a mostrar en sus años de preparatoria habían desaparecido de a poco al reconocer lo testarudos que podrían ser cuando una idea se les metía a la cabeza.

Entre ellas, claro estaba el trabajo.

Ya que así como Kaiba podía ser un workaholico empedernido, Yugi podía actuar de la misma forma cuando su creatividad brotaba y empezaba a bosquejar en el cuadernillo que llevaba dentro de su mochila el nuevo juego que quería compartir al mundo.

Así tras una semana de descaso las puertas de la oficina de Seto Kaiba se abrieron a la par.

A paso firme y con una mirada decidida que solo podía verse en el rostro de Mutou cuando usaba su mazo en el campo de batalla o cuando tomaba el computador y empezaba a darle vida a lo nunca antes soñado por un simple mortal, se dirigió hacia él. Colocando ambas manos por sobre el escritorio de Kaiba, quien seguía atento a las cifras de su computadora declaro sin inmuto alguno.

—Tengamos otro bebé.

Propuso Mutou con una sonrisa encantadora, mientras sus violáceos ojos brillaron con intensidad y expectación.

Kaiba largo un poco de aire antes de dirigir una mirada a su socio.

La propuesta como tal, años atrás hubiera sonado a un comentario completamente fuera de lugar si es que no conociera lo blando que podría ser el corazón de Yugi a la hora poner sus sentimientos en algo.

Siendo que cada creación que hacía sin importar lo pequeña o grande que fuera solía denominarla como a su bebé.

Título que empezó a emplear en las creaciones que hacían en conjunto cuando notó que efectivamente cada una de ellas eran sus hijos.

"¿Entonces cada una de nuestras creaciones los denominaras como tus hijos?"

Pregunto en ese entonces Kaiba con recelo. Yugi en ese entonces negó severamente y frunciendo el entrecejo le miró profundamente.

"No mis hijos, sino nuestros hijos, porque los hemos hecho los dos"

En ese entonces trato de disuadirlo varias veces, sin embargo solo conoció la parte más testaruda del tricolor.

Así, sin ánimo alguno de a poco dejo de darle importancia al apelativo y sin querer empezó a usarlo cuando de pronto la propia palabra adquirió el valor de la emoción.

My babies? Not! Our Babies!【Rivalshipping】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora