Hubiese deseado nunca llegar al punto de tener que escribir estas palabras pero lastimosamente no hay vuelta atrás. He atravesado días, semanas y meses muy duros y si bien trataba de continuar como si nada sucediese, siempre se llega el momento donde las cosas se aclaran y donde no hay vuelta atrás. Hace tan solo dos semanas me enteré de la que considero ha sido una crónica anunciada y algo a lo cual me estaba preparando desde hace ya dos o tres meses. Me enteré que ya estabas con alguien más, supe que ya había algo serio de por medio y ese a decir verdad había sido el peor de los temores que tenía últimamente.
Tal y como lo dije al principio éste será el último escrito que te dedico y aunque si bien llevaba mucho sin escribirte, considero que no hay mejor forma de despedirse que mediante éstas letras y éste sitio que fueron testigos de como todo comenzó. Para vos sólo fueron nueve meses, para mí es ponerle fin a un amor de más de dos años. Un amor el cual no tengo ni he tenido dudas que es el amor de mi vida. He de decir adiós no sin antes resaltar lo doloroso que es y es que sé que no es de todos, ni mucho menos común, pero solía aferrarme de pequeñeces pensando que en algún momento todo podría cambiar, pero no es así. Recuerdo perfectamente como un día, entre esos 270 que compartimos como pareja, te dije que habían sólo dos cosas las cuales nunca perdonaría: la primera recuerdo perfectamente, era la infidelidad, sin embargo nunca cumplí a esas palabras pues traté de seguir hacia adelante como si nada pasase. La segunda y es acá donde quiero hacer énfasis pues es precisamente lo que sucede ahora, fue sobre el hecho de que independiente si estábamos juntos o no, no me consideraría capaz de volver a poner un dedo encima de tu cuerpo cuando tuviese dudas o en éste caso la certeza que te acostaras con alguien más. En este momento y desde aquél jueves donde lo supe todo, donde supe que alardeabas de él y que es tan público que ya no es un secreto, que supe que todo había caído al suelo.
Y es que repito una vez más el hecho de que solía ciegamente creer que algún milagro sucedería y que de alguna u otra manera las cosas irían a cambiar. Desde ese día he tenido que hacerme a la idea que ya no fueron ni serán posibles esos planes de vida que solía hacerme. Y sé que tal vez el error fue mío por entregar de más o por pensar que podía tenerte conmigo más allá de la academia, pero soñaba de vez en tanto con despertarme a tu lado y no tener que pensar que al final del día acabaría y que tendría que esperar para volver a amanecer a tu lado. Soñaba con verte al final del día y saber que pese a todo lo pesado que fuese, tendría la calma de mirarte a los ojos y saber que en vos podía hallar consuelo. No sé si llegarás a leer éstas palabras pronto o si por el contrario nunca serán leídas pero lo que sí sé es que cuando lo hagas quiero que recuerdes como te dije una y mil veces que serías el amor de mi vida y quiero repetir que eso no lo cambia nada, pues con el pasar de los días, las semanas y meses he entendido que realmente nunca jugué al decir tal palabras, he entendido que nunca fueron producto del momento o producto de una situación, pues hasta el día de hoy y la última vez que te vi, sentí exactamente lo mismo que ese momento en el que te vi sentada al frente mío y sin saber aún tu nombre, supe que serías ese amor que nunca en la vida se puede olvidar y que difícilmente puede llegar a remplazarse con tal intensidad.
El pensar e imaginar como haces el amor con él ha sido el causante de mi desvelo durante éstos últimos días. Recordar ese sábado 20 de abril del 2019, recordar en como luego de celebrarte el cumpleaños en mi casa, llegamos a la tuya e hicimos el amor como solo nosotros supimos hacerlo me hace estremecer el corazón no sólo por la nostalgia sino también por pensar en que ahora es aquel muchacho con quien amanecerás, imaginar el día en que venga y se despierte en la misma cama, la misma habitación donde vivimos todo y se convirtió en nada, me parte el alma. He llorado desde aquel momento en que supe la verdad, he llorado desde aquel preciso momento donde pude ver como decías somos novios¸ he llorado y me he preguntado una y mil veces un sinfín de cosas que nunca podré entender. Una de ella es precisamente el hecho que nunca entenderé por qué seguías y sigues mintiendo al respecto, por qué nunca tuviste el valor de decir la verdad y simplemente desde ese día en que me contaste lo que me había hecho, desde ese día vives tu vida diciendo mil y una mentiras a los demás sobre todo lo que tiene que ver contigo.
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Despedida
RandomCarta de despedida donde digo adiós de la misma manera en la que me comuniqué por mucho tiempo.