Introducción

15 1 0
                                    


– Solo dejame quererte, amarte y demostrarte que puedo hacerte feliz... Dejame demostrar lo que realmente siento – él sujetaba su rostro con delicadeza, como si de un cristal se tratase y se quebraría en cualquier momento.

Lágrimas de felicidad rodaban por su rostro, ella era feliz, su felicidad estaba junto a él y la de él estaba junto a ella.

Se miraban de la manera más pura, sin más intención alguna que demostrar cuan grande es el amor que se tienen, gotas de lluvia comenzaron a caer y aquella sensación de tristeza invadió aquel momento de felicidad, ambos lo sentían. Él pego su frente a la de ella y tras un "Te amo" le dio lo que para ambos era su primer beso.

Aquel presentimiento de que algo malo pasaría estaba presente desde que lo conoció, era un sentimiento de felicidad efímera y fugaz, acompañada de rabia y tristeza profunda, ella nunca lo comprendió o tal vez si lo hizo y decidió ignorar.

El amor, aquel sentimiento que sólo conocía por medio de libros y no se refería al amor que recibes de tus padres, hermanos, amigos o familia. Se refiere a ese tipo de amor que te da tranquilidad e incertidumbre por la otra persona, si estará bien, si esta comiendo, de querer cuidarlo a costa de todo, esa sensación es tan fuerte que uno no sabe en qué momento se volvió tan adicto a esa persona, el querer sentirla en todo momento y se convierte tan indispensable, como el oxígeno para respirar.

¿Alguien conoce esa sensación?

Ella experimento, lo que en los tantos libros que leía describía al amor como "la sensación de una estrella fugaz". Un espectáculo digno de admirar, tan hermoso y a la vez fugaz...

Ódiame al amanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora