cuando decía "tal vez" me refería a "sí, definitivamente sí".
con un suspiro dejo de coquetearle a su reflejo. se sento sobre su cama y saco su celular para verificar la hora, «1:54pm», tan solo faltaban unos minutos para salir por fin con los chicos, pues la salida era a las 2:30. se iban a reunir en el conocido parque de la ciudad, que por suerte quedaba a cinco cuadras de su casa y podría llegar caminando.
Bajo las escaleras cuando el reloj marco las 2:10, corrió a la cocina y le dio un beso en la mejilla a su madre.
—ya voy a salir, mamá, en un rato vengo. —ella asintió y procedió a darle indicaciones que ya había escuchado unas cincuenta veces por lo menos.
cuando su madre dejó de hablar, se despidió de nuevo y salió de la casa cerrando la puerta detras de él. cruzo su jardín, mirando como su vecino de al lado, "Mark" si no recordaba mal, estaba besandose con Haechan.
...un momento.
¿¡Haechan!?
Volteó la mirada hacía ellos totalmente sorprendido, nunca imagino que el Haechan que conocía podría ser gay, ya que, cada que se presentaba la oportunidad alardeaba sobre sus relaciones con diferentes chicas.
al parecer ninguno de los dos se entero de que los había visto así que siguió su camino tranquilamente.
minutos después, a las 2:35, sí, cinco minutos tarde, llegó.
buscó con la mirada a alguno de los chicos, pudo encontrarlos cuando vio a Jaemin mover la mano animadamente mientras lo llamaba, al contrario de el, Renjun se veía incomodo y nervioso, pero no le dió importancia, la mayoría de veces era así.
— ¡chicos! Lamento la tardanza, según yo, venía temprano. — habló con vergüenza, creyó que llegaría primero, pero Jaemin y Renjun se le adelantaron.
— no te preocupes, Jeno-ssi, lo importante es que ya estamos juntos. — respondió con una sonrisa, Jaemin. Renjun no había dicho palabra alguna desde que Jeno había llegado.
— ¿nos quedamos aquí o vamos a el centro comercial?
— vamos al centro comercial, quiero curosear tiendas. —Con una sonrisa, respondió Jaemin. Jeno miro a Renjun buscando su aprobación acerca de la propuesta de Jaemin. Este se encogió de hombros y Jeno lo tomo como una respuesta afirmativa.
— Bien, iremos, pero cuando lleguemos vamos a comer, tengo mucha hambre. —Al escuchar a Jeno, Jaemin sobo su barriga y Jeno se sorprendió, pero luego sólo rieron y hablaron durante el resto del camino.
Renjun nunca se sintió tan apartado.
Y siendo el, sonaba estúpido de creer.
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Lamento la tardanza, ya estoy escribiendo el siguiente capítulo, pido perdón por dar tantas vueltas sobre la salida.
