La promesa

Capítulo 2

Había mojado todo el suelo  cuando salí de la ducha envuelto en una toalla y me dirigí con pasos pesados hacia la cama llena de ropa desperdigada y objetos de poco valor, simplemente... objetos. Me pasé una mano por el cabello negro ya limpio y radiante, y me vestí con ropa cómoda de casa. Un pantalón de chandal gris y una camisa blanca de manga corta. Me desplomé sobre la cama, y hundí mi rostro en la almohada que me esperaba al final del colchón. Tenía tanto sueño que no podía mantener los ojos azules abiertos ni un maldito segundo. Me puse a pensar. Eché aliento poco cálido sobre la funda de la almohada, y me calenté la cara. Yo... fumaba simplemente por una obsesión. Cuando entré por primera vez en el colegio yo era el típico chico que le gustaba pintar, leer, y pasar el tiempo escuchando música extravagante, que nunca a nadie le había interesado antes. Se empezaron a burlar de mí y el estrés y el miedo me pudieron, por lo que comencé con esta maldita obsesión que no me deja pegar ojo ni una sola noche. No es que solo fuera una obsesión, sino que también para mí era una necesidad, como respirar, como sentir la sangre fluyendo por tus venas. Pero  comenzar a fumar solo logró empeorar las cosas. Mis padres estaban separados desde que yo nací... y yo me tuve que arreglar la vida yo solo desde que cumplí los trece años. Mi padre se divertía maltratando a mi madre. Llegaba borracho de cualquier lugar, y tenia sexo con una mujer diferente a mi madre desde que se casaron. Pero ella nunca se lo echó en cara, porque sabía lo que sucedería si lo hiciera. Hubo una vez que mi padre llego drogado de una fiesta o de un bar, y mi madre le dijo que se tranquilizara, y que sino lo hacía , que saliera fuera a tomar el aire, y él... Le estampó la botella de cerveza en la cabeza. Se desmayó y yo era tan pequeño e indefenso que no pude hacer nada.Simplemente miraba  como ella sangraba sin control inconsciente en el suelo. Cuando despertó, se encontraba en el hospital. Yo me lancé a sus brazos, con lágrimas en los ojos. Ella me abrazó con fuerza y creímos que todo estuvo bien, vivimos juntos de nuevo sin el tormento de mi padre... el había sido enviado a la carcel para que estuviera ahí encerrado durante unos cuantos años, muchos, es decir. Hasta que un día... diagnosticaron a mi madre con cancer. Se me partió el corazón verla ir a terapia cada día y yo acompañándola para no quedarme solo en casa. La enfermadad fue empeorando cada vez más... cada día, cada semana, cada mes... La quimioterapia no sirvió para nada, y el día de su cumpleaños, murió tumbada en una camilla, mirándome con esos ojos color avellana repletos de lagrimas mientras que agarraba mi cara con sus dos manos tan suaves y tan familiares, tan hermosas...  Mientras que besaba mi cabeza, mi frente, mis sienes, me susurró al oído, con una voz que hizo que me partiera el alma: "eres... lo más hermoso que jamás me ha ocurrido, te quiero..." yo se lo dije también, con agonía en el rostro, con ganas de vomitar y gritar, con el alma partida en pedazos de estrellas oscurecidas, y sentí como su pecho dejaba de subir y bajar, hasta que no lo sentí de ninguna de las maneras. Su mano cayó de mi agarre y chocó contra la barandilla de la cama. Sus ojos... se cerraron lentamente, y toda la luz y vida que habitaba en ellos, se extinguió, dejándome con los ojos entumecidos y empapados en lágrimas que no paraban de salir. Grité y me aferré a ella, pero los médicos me intentaron alejar. Yo no les dejé, y me abracé más fuerte, a su cuerpo que se empezó a enfriar. Pero no pude hacer más que decirle que la quería, aunque sabía que no iba recibir su respuesta. Desde ese momento, no he vuelto a dirigirle la palabra a nadie. Me obsesioné a fumar para que me bajara el estrés, y ahora que lo pienso... Es una mierda. Lo único que ha hecho ha sido empeorar mi estado salud y mental. Ya me he licenciado en una universidad para ser escritor o diseñador de arte, y creo que ya era hora de intentar alcanzar mis sueños, por mucho que pensara que mi vida era una puta mierda. Cuando seguramente tenga razón.