Competitivo [jinkookjin]

Jamais Vu

JK.

Exagero un suspiro al dejarme caer en la silla, ganándome una pequeña risa por parte de Yoongi. Le gruño en respuesta colocándome los cascos tras haberlos conectado al pc.

—¿Tu hermanita está bien?

—Mejor que nunca. Al parecer la pequeña sabandija tomó el móvil de mamá en un descuido y no vio mejor oportunidad para llamarme y reclamarme la ausencia. –Explico torpemente mientras me uno a la partida a la que mi pelinegro amigo me acaba de invitar.

—Creí que habías visitado a tu familia hace una semana.

—¡Exacto!

Él vuelve a reír entre dientes pero zanjamos el tema para concentrarnos en la pantalla de carga antes de iniciar el juego. Cuando estamos dentro, Yoongi marca nuestro sitio favorito en el mapa y esperamos a sobrevolar la zona antes de lanzarnos en picada, con al menos otro dúo imitándonos.

Carraspea tomando la delantera para arribar antes a la casa que suelo registrar yo en todas mis partidas, debido al buen loot que suelo hallar. —Lo siento, amigo.

Sonrío negando con la cabeza. —Maldito traidor. –Pero yo dirijo mi personaje a la casa contigua y para mi sorpresa hay muy buenas cosas, entonces él emite un sonido de molestia contra el micrófono, haciéndome reír fuerte. ­—Te lo mereces.

—Esto siempre está arreglado a tu favor. Dímelo ya si has comprado el servidor y finalmente entenderé porqué eres tan asquerosamente bueno.

Me encojo de hombros aunque él no pueda verme. ­—Yo lo llamo talento.

—¡Es suerte!

—Hm, permíteme dudarlo... Aprendí del mejor.

No parece hacerle gracia. —Pues para ser mi alumno, parece que me has superado en menos de tres meses cuando yo llevo jugando este tonto juego desde hace dos años. Ugh, odio esta juventud de ahora.

Me rio. —Sólo eres como cuatro años mayor que yo, cierra la boca.

Estamos relativamente callados, enfrascados en el juego, repartiéndonos armas y municiones sin llamar mucho la atención al ser conscientes del otro dúo que debe estar más cerca de lo que creemos. Finalmente encuentro su arma favorita y me regodeo al momento de sacar mi lado chantajista. —Oh, Yoonie... -Le llamo canturreando su nombre.

El mencionado suspira, conociéndome lo suficiente como para saber lo que estoy a punto de decir. —De verdad, tiene que ser suerte.

Pero antes de que pueda continuar molestándolo, por la ventana del segundo piso me percato de que nos han descubierto los enemigos y al mismo tiempo disparan en nuestra contra, quitándome vida levemente. —Huh, están en el tejado de la casa de atrás.

—¿Quieres darme el maldito arma o dejarás que nos maten? –Bufa, a pesar de que su personaje ya está a mi lado recogiendo el artefacto sin que lo pueda impedir.